Nos encontramos en una etapa retadora de la pandemia.
- ¿Cuándo y cuánto flexibilizar las medidas de mitigación?
- ¿Qué métricas utilizar?
- ¿Cómo se pueden distinguir los especialistas (científicos de datos) de los expertos (epidemiólogos experimentados)?
Se ha añadido un factor determinante al análisis: la vacunación. Existen modelos matemáticos muy complejos, pero imprecisos, que proyectan cuantitativamente el curso de la pandemia. Todo modelo matemático depende de las premisas que los sustentan.
Se puede utilizar también el sentido común para confirmar las proyecciones de los modelos matemáticos, así como para visualizar proyecciones cualitativas consistentes con los datos observados.
Es incorrecto decir que una persona completamente vacunada sigue en alto riesgo de contraer COVID-19. Si fuera cierto, ¿para qué vacunarse? [Sentido común]
Lo correcto es decir que una persona completamente vacunada está protegida de la enfermedad grave COVID-19 y que, aunque todavía no se ha probado científicamente, muy probablemente también haya disminuido su capacidad de portar y transmitir el SARS-CoV-2 al entrar en contacto con una persona en estado contagioso. [Experiencia epidemiológica]
Entonces, ¿por qué el paciente completamente vacunado debe continuar observando las medidas de protección personal (higiene, distanciamiento físico y mascarillas)?
- Primero, por solidaridad social.
- Segundo, por la probabilidad de que pueda ser portador del virus, aunque esté protegido contra la enfermedad.
- Tercero, porque todavía no existe una manera fiable de identificar quien esté vacunado y quien no (pasaporte de vacunación). [Sentido común]
¿Cuál sería el impacto de una flexibilización prematura de las medidas de mitigación en los comercios y en el sistema de salud? Ya algunos estados (EEUU) han decidido «reabrir la economía» contra el consejo de los expertos epidemiólogos (CDC y Dr. Fauci). Ya algunos analistas («todólogos») están repitiendo que el curso de la epidemia ha sido igual en Florida que en Nueva York y que, por lo tanto, las medidas de mitigación no han hecho ninguna diferencia, excepto afectar la economía.
Es en estas circunstancias donde el experto con sentido común se diferencia del especialista técnico.
Primero, la ciudad de Nueva York (NYC) y Florida no son comparables por densidad poblacional. Si ajustamos por la diferencia poblacional (tanto por densidad como la composición étnica), Florida se encuentra peor que NYC, aun cuando se ajuste por la edad promedio de las poblaciones.
Segundo, una flexibilización prematura de las medidas de mitigación puede resultar en una situación paradójica. Sería posible observar un aumento en contagios sin que haya un aumento en hospitalizaciones y defunciones. Mientras mayor sea la proporción de la población vulnerable (>65 años) completamente vacunada, la enfermedad COVID-19 se limitaría a la población menos vulnerable. La curva epidémica general perdería su valor predictivo sobre hospitalizaciones y las defunciones COVID-19, a menos que se desglose por grupos etarios o por grupos vulnerables. Aunque la transmisión comunitaria se restrinja a grupos más jóvenes, COVID-19 puede afectarlos y dejar secuelas a largo plazo, por lo cual se deben continuar tomando medidas para prevenir contagios en todos los grupos.
Tercero, la razón primordial urgente para no descartar las medidas de mitigación hasta que se logre rebasar el dintel de la inmunidad de rebaño (>75% de la población completamente vacunada) es limitar la mutación genética del SARS-CoV-2. Hay una carrera galopante entre la campaña de vacunación y las mutaciones del virus. Si se reduce la transmisión, a la vez que vacunamos el mayor número posible de personas, se reduce la probabilidad de que emerjan cepas mutantes dominantes en la transmisión comunitaria. Si la variante genómica ofrece resistencia a la vacunación, habría que comenzar de nuevo a vacunar a toda la población.
Cuarto, es necesario, pero no suficiente, conseguir la inmunidad de rebaño sólamente en nuestro país. Si en algún rincón del mundo emerge una cepa resistente a la vacuna, se repetiría, para todos, el escenario del comienzo de la pandemia COVID-19, pues en la villa global, el mal de uno es el mal de todos. Esto es sentido común, alineado con los principios bioéticos de la pandemia. -JB
PD: Gracias a los expertos que han revisado este mensaje antes de su publicación.
PD 2021.03.09: Nuevas recomendaciones CDC
https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/fully-vaccinated-guidance.html
Enlace enviado por Jay Fonseca
https://www.foreignaffairs.com/articles/world/2021-03-08/pandemic-wont-end
CONSULTOR
José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico
Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist
Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico