CDC, COVID-19, COVID-19 PR

COVID prolongado: 2025

Resumen del artículo “5 Long COVID Predictions for 2025 and Beyond” de Medscape:

El artículo, publicado el 21 de abril de 2025 por Sara Novak, explora el futuro del manejo y tratamiento del COVID prolongado, una condición que afecta aproximadamente al 8% de las personas que han tenido COVID-19 en Estados Unidos. A pesar de los avances en el reconocimiento de sus síntomas, aún no existen pruebas diagnósticas o tratamientos estándar para esta condición. Se destacan cinco predicciones clave para el futuro:

  1. Tratamientos más enfocados y mejorados:
    Gracias a una mayor comprensión de los mecanismos subyacentes—como los reservorios virales, el impacto en el microbioma intestinal y los efectos sobre las mitocondrias—se anticipa el desarrollo de terapias dirigidas, incluyendo combinaciones de antivirales y anticuerpos monoclonales, para erradicar la infección residual.
  2. Avances significativos con anticuerpos monoclonales:
    Se están llevando a cabo estudios, incluido un ensayo clínico a gran escala en UCSF, que evalúan si los anticuerpos monoclonales pueden aliviar rápidamente los síntomas del COVID prolongado, ofreciendo esperanza a muchos pacientes.
  3. Terapias antivirales en combinación:
    Aunque medicamentos como Paxlovid inicialmente mostraron poca eficacia, investigaciones recientes sugieren que, administrados en combinaciones y durante periodos prolongados, podrían reducir la carga viral de los reservorios en el cuerpo.
  4. Medicina de precisión basada en fenotipos:
    El reconocimiento de que el COVID prolongado abarca varios subtipos o fenómenos—diferenciados por síntomas como fatiga, alteraciones sensoriales o problemas respiratorios—motivará estudios que agrupen pacientes según su perfil clínico, permitiendo tratamientos más personalizados.
  5. Comprensión del comportamiento de nuevas cepas:
    La evidencia sugiere que las variantes más recientes de SARS-CoV-2 generan casos de COVID prolongado menos severos en comparación con las cepas iniciales; sin embargo, los expertos reconocen que aún persisten casos graves, lo que demanda mayor investigación.

El artículo también señala la preocupación de los expertos ante recortes en el financiamiento de la investigación, lo que comprometerá el avance en el diagnóstico y tratamiento del COVID prolongado.


La vacunación contra la COVID-19 ha demostrado proteger no solo contra la enfermedad severa, sino también reducir el riesgo de desarrollar síntomas persistentes o “COVID prolongada”. Diversos estudios indican que, en adultos, el riesgo de presentar efectos a largo plazo se reduce en aproximadamente un 27% en aquellos que estaban completamente vacunados antes de la infección .

En particular, las vacunas fueron inicialmente diseñadas utilizando las cepas originales del virus, lo que les permitió ofrecer una protección robusta contra formas graves de la enfermedad y, consecuentemente, disminuir las secuelas a largo plazo asociadas a esos primeros brotes. Aunque el virus ha evolucionado y han surgido nuevas variantes, la experiencia inicial con las vacunas destaca la importancia de la inmunización primaria para reforzar la respuesta del organismo y limitar complicaciones postinfecciosas .

Es fundamental mantenerse al día con los esquemas de vacunación recomendados, ya que la efectividad de la vacuna puede disminuir con el tiempo y se han desarrollado refuerzos para mejorar la protección frente a las nuevas variantes. Esta estrategia no solo protege la salud individual, sino que además ayuda a reducir la carga sobre los servicios sanitarios al disminuir la incidencia de síntomas prolongados y sus complicaciones.


José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

CDC, COVID-19, Pandemias

A Cinco Años de la Pandemia

La Salud Pública en la Encrucijada: Reflexiones a Cinco Años de la Pandemia de COVID-19

Han pasado cinco años desde que el mundo enfrentó una de las mayores crisis de salud pública de su historia reciente. La pandemia de COVID-19 no solo transformó la vida de miles de millones de personas, sino que también cambió de manera fundamental nuestra visión sobre la salud pública y cómo enfrentamos emergencias sanitarias. Aunque hemos avanzado en algunos frentes, el legado que dejó la pandemia está marcado por una inquietante tendencia a la privatización de la salud pública, y es hora de detenernos a reflexionar sobre sus implicaciones.

De lo Colectivo a lo Privado

Uno de los cambios más notables que surgieron durante la pandemia fue el paso de un enfoque de salud pública liderado por instituciones gubernamentales a un modelo ampliamente dominado por empresas privadas. El desarrollo y distribución de vacunas, tan crucial para controlar el virus, fueron liderados principalmente por corporaciones farmacéuticas. Si bien estos avances científicos fueron extraordinarios, el papel limitado de los gobiernos dejó expuestos problemas que aún persisten.

En muchas comunidades, obtener una cita para vacunarse se asemejaba a un juego de suerte lleno de frustraciones, dependiendo de sistemas de registro desorganizados gestionados por empresas privadas o asociaciones público-privadas con recursos desiguales. La recopilación y difusión de datos esenciales, una responsabilidad históricamente pública, también se trasladó a manos privadas. Universidades y medios independientes, como The Atlantic, asumieron funciones que anteriormente estaban bajo el control de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Esta fragmentación de responsabilidades sembró desconfianza en las instituciones públicas y desdibujó las líneas de lo que significa actuar bajo el interés colectivo.

Una Confianza Erosionada

El auge de voces no oficiales, desde «influencers» en redes sociales hasta propagadores de teorías de conspiración, exacerbó la crisis de información. La prensa comercial proclive al sensasionalismo —hasta el extremo de promover el “terrorismo mediático“— socavaba la confianza en las instituciones gubernamentales. Esto no solo complicó las decisiones individuales sobre vacunas o medidas preventivas, sino que también debilitó la confianza pública en la ciencia y en los organismos responsables. Ahora enfrentamos un panorama en el que figuras como presentadores de podcasts tienen, para algunos, la misma autoridad que expertos en epidemiología y en enfermedades infecciosas.

Esta erosión de confianza no es trivial. La desinformación no solo causa daños inmediatos, sino que dificulta aún más la implementación de medidas en futuros brotes. En un momento en el que deberíamos estar fortaleciendo nuestras instituciones de salud pública, algunas ya han sufrido recortes presupuestarios y reducciones en sus capacidades de investigación y respuesta.

El Costo de la Privatización de la Salud Pública

El modelo actual, con un marcado enfoque privado, presenta riesgos latentes. ¿Qué sucede cuando las decisiones vitales sobre vacunas, pruebas y vigilancia de enfermedades recaen en entidades que priorizan las ganancias? La falta de control público puede traducirse en acceso limitado a tratamientos, mayores costos para los pacientes y desigualdades que ponen en peligro la salud de comunidades enteras. Si dejamos la vigilancia de pandemias en manos de empresas tecnológicas o farmacéuticas, podríamos enfrentarnos a problemas de transparencia, conflictos de interés y desequilibrios en el acceso a la información crítica.

Un Llamado a Reflexionar

El enfoque actual de individualizar la salud, delegando gran parte de las responsabilidades al ámbito privado, es una receta para la desconexión y, eventualmente, el desastre. Tenemos que revalorar la salud pública como lo que realmente es: un bien común, un esfuerzo colectivo que no debe estar sujeto únicamente a las leyes del mercado.

Si aprendimos algo durante la pandemia de COVID-19, es que los logros más grandes, ya sea contener una enfermedad o movilizar una respuesta masiva, requieren de un compromiso profundo con el bienestar de todos. Esta es nuestra oportunidad de exigir un regreso a los principios de equidad, colaboración y responsabilidad colectiva. La construcción de un mundo más preparado y justo no es tarea de un solo sector o individuo, sino de todos nosotros juntos.

Volvamos a creer en la salud pública y en su capacidad para protegernos como sociedad. Porque en las crisis futuras, el poder de lo colectivo no solo será necesario, sino indispensable.

Fuente original (adaptado): NYT


CONSULTOR

José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

Puerto Rico

Dengue 2024

El aumento de las temperaturas y la movilidad tras la covid-19 han incrementado significativamente los contagios de dengue. En 2023 se alcanzó un máximo histórico con más de 6,5 millones de casos, superado en abril de 2024 con al menos 7.890.546 casos en los primeros cuatro meses del año. Para mayo, los casos rozaban los 10 millones, con 5.366 muertes confirmadas, principalmente en América Latina. Se espera que las infecciones sigan aumentando, especialmente en los países tropicales del hemisferio norte, donde la temporada de mayor circulación del virus ocurre en la segunda mitad del año.

Aunque solo un pequeño porcentaje de los infectados presenta síntomas graves, el tratamiento del dengue requiere grandes recursos sanitarios, lo que supone un desafío para los países afectados. La OMS incluye el dengue en la lista de “enfermedades tropicales desatendidas” y, debido a su explosión en América Latina y África, declaró una emergencia de grado 3 en diciembre de 2023, que aún sigue vigente. En Burkina Faso, cerca de 800 personas han muerto desde el inicio del último brote a finales del año pasado.

Fuente: El País



Sistema Global de Vigilancia: OMS


OPS



Dengue en Puerto Rico


Fuente: Departamento de Salud de Puerto Rico


CONSULTOR

José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

COVID-19 PR

COVID-19: repunte de verano 2024

Figura 1: Pruebas totales
Fuente: covid19datos.salud.gov.pr/
Figura 2: Tasa de positividad
Fuente: covid19datos.salud.gov.pr/

La prensa comercial ávida del sensacionalismo cita a algunos expertos preocupados por una alta tasa de positividad, históricamente la más alta. Sin embargo, es una media verdad. Por ejemplo, 4 de 10 representa una tasa mayor que 350 por 1,000, pero 4 es mucho menor que 350, ¿no es así?

La graficas que anteceden demuestran la falacia de utilizar la tasa de postividad para analizar la situación actual de COVID-19 en Puerto Rico. Esto es así porque se están realizando mucho menos pruebas actualmente y dado que las pruebas negativas caseras (de antígeno) casi no se informan, tal subregistro causa un falso aumento en la tasa de positividad.


Figura 3: Casos totales
Fuente: covid19datos.salud.gov.pr/

Sin embargo, los casos de COVID-19 ciertamente demuesttran una tendencia ascendente este verano de 2024, como lo demuestra la Figura 3. Aún así, la magnitud del aumento de casos es todavía mucho menor que en el pasado y no debe ser causa de alarma, aunque sí de alerta ante el aumento en la transmisión comunitaria del SARS-Cov-2 para casi todos los grupos de edad en Puerto Rico, con una transmisión relativamente mayor en la población de adultos mayores (> 60 años). Se debe tener en cuenta que aún no se pueden predecir las consecuencias de la infección por SARS-CoV-2 a largo plazo y que la prevención de COVID-19 es siempre recomendable.

La mortalidad y las hospitalizaciones por COVID-19 muestran un patrón similar a los casos COVID-19 reportados (Figuras 4 y 5).

Figura 4: Mortalidad COVID-19
Fuente: covid19datos.salud.gov.pr/
Figura 5: Hospitalizaciones por COVID-19.
Fuente: Monitoreo de COVID-19 en Puerto Rico (harvard.edu)

Aunque las hospitalizaciones pediátricas demuestran un aumento mayor relativo a los datos históricos (Figura 6),

Figura 6: Hospitalizaciones pediátricas por COVID-19
Fuente: Monitoreo de COVID-19 en Puerto Rico (harvard.edu)

la cantidad absoluta es mucho menor que para la población adulta, siendo sujeta a una mayor imprecisión de los datos que llegan al DSPR desde los hospitales. Como sea, la capacidad de camas es suficiente para absorber el aumento (Figura 7), aunque la disponibilidad de especialistas para atender esos casos es un importante dato actualmente imponderable.

Figura 7: Camas disponibles y ocupadas en los hospitales
Fuente: Estadisticas V2 (salud.gov.pr)

No existe evidencia de que las variantes actuales del SARS-Cov-2 que circulan en Puerto Rico sean más transmisibles o más letales que las variantes anteriores.

Fuente: DSPR. 9054 (pr.gov)

Es importante tomar en consideracion el status de inmunidad, tanto por vacunación (Figura 8) como por infección natural, para evaluar el impacto del actual repunte en la población, prestando particular atención a la probable menguante protección inmunológica, como lo indica el aumento en la tasa de reinfección. Es evidente que la inmensa mayoría de las personas (Figura 8, amarillo dorado) tampoco han recibido la vacuna actualizada del otoño pasado y por eso se reportan como “sin vacunas al día”.

Figura 8: Vacunación COVID-19
Fuente: Estadisticas V2 (salud.gov.pr)
Figura 9: Tasa de Reinfección
Fuente: DSPR. 9054 (pr.gov)

Recomendaciones CDC sobre vacunación

Al 12 de septiembre del 2023, las vacunas actualizadas para 2023-2024 de Pfizer-BioNTech y Moderna contra el COVID-19 son las recomendadas por los CDC para usar en los Estados Unidos.

Las vacunas actualizadas para 2023-2024 contra el COVID-19 son las que mejor permiten combatir el linaje XBB de la variante ómicron y podrían restablecer la protección contra el COVID-19 grave que pueda haber ido disminuyendo con el tiempo. Prevemos que las vacunas actualizadas serán más efectivas para combatir las variantes en circulación en la actualidad.

No existe ninguna recomendación preferencial sobre el uso de una vacuna contra el COVID-19 por sobre otra cuando se dispone de más de una vacuna aprobada o autorizada, recomendada y apropiada según la edad.

Manténgase al día con las vacunas contra el COVID-19 | CDC

Recomendación actualizada de la vacuna contra el COVID-19 2024-2025

Los CDC recomiendan  que todas las personas de 6 meses de edad o más reciban una vacuna actualizada contra el COVID-19 2024-2025 para protegerse contra los resultados potencialmente graves del COVID-19 este otoño e invierno, independientemente de que alguna vez se hayan vacunado con una vacuna contra el COVID-19 o no. Las vacunas actualizadas contra el COVID-19 estarán disponibles en Moderna, Novavax y Pfizer a finales de este año. Esta recomendación entrará en vigor tan pronto como las nuevas vacunas estén disponibles.

El virus que causa el COVID-19, el SARS-CoV-2, siempre está cambiando y la protección de las vacunas contra el COVID-19 disminuye con el tiempo. Recibir una vacuna actualizada contra el COVID-19 2024-2025 puede restaurar y mejorar la protección contra las variantes del virus que actualmente son responsables de la mayoría de las infecciones y hospitalizaciones en los Estados Unidos. La vacunación contra el COVID-19 también reduce la posibilidad de sufrir los efectos del COVID persistente, que puede desarrollarse durante o después de la infección aguda y durar mucho tiempo.

La temporada pasada, las personas que recibieron una vacuna contra el COVID-19 2023-2024 vieron una mayor protección contra la enfermedad y la hospitalización que las que no recibieron una vacuna 2023-2024. Hasta la fecha, cientos de millones de personas han recibido de manera segura una vacuna contra el COVID-19 bajo el monitoreo de seguridad de vacunas más intenso en la historia de los Estados Unidos.

CDC Recommends Updated 2024-2025 COVID-19 and Flu Vaccines for Fall/Winter Virus Season | CDC Online Newsroom | CDC


Recomendaciones del DSPR

Fuente: DSPR. Indicadores para Semana Epidemiológica número 24, 2024 9054 (pr.gov)

CONSULTOR

José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

Pandemias

La proxima pandemia – II

La relación entre enfermedad y poblaciones aviarias

La relación entre enfermedad y poblaciones aviarias refleja una compleja interacción de historia natural e impacto humano. Históricamente, las aves silvestres han coexistido con varios patógenos, a menudo con efectos adversos mínimos. Su exposición a virus de leve morbilidad es un testimonio del equilibrio dinámico establecido entre estas especies y el mundo microbiano. Sin embargo, las actividades humanas han inclinado cada vez más este balance, introduciendo varios factores que exacerban la susceptibilidad de las aves a enfermedades.

En primer lugar, el cambio climático, impulsado por la actividad humana, representa una amenaza significativa para la salud aviar. Un clima cálido puede comprometer los sistemas inmunológicos de las aves, haciéndolas más vulnerables a infecciones. El estrés inducido por temperaturas más altas puede alterar las respuestas fisiológicas, reduciendo su capacidad para combatir enfermedades. Además, a medida que el cambio climático modifica hábitats, las poblaciones de aves pueden concentrarse más en ambientes con mayor hacinamiento, facilitando la propagación de enfermedades a través de un contacto más cercano.

En segundo lugar, la invasión de hábitats naturales que obliga a las aves a compartir espacios menguantes aumenta aún más las posibilidades de transmisión de enfermedades. Esta proximidad no solo facilita la propagación de patógenos existentes sino también proporciona oportunidades para el surgimiento de nuevos agentes infecciosos. La reducción de hábitats naturales, resultado de la expansión urbana, la agricultura y la deforestación, obliga a las aves a congregarse en áreas más pequeñas, donde son más propensas a interactuar y propagar patógenos.

Por último, la práctica de la agricultura industrial (“factory farming”) ha amplificado significativamente el riesgo de propagación y mutación de enfermedades entre las poblaciones aviarias. Las granjas avícolas y lecheras, donde se mantienen grandes números de animales en espacios reducidos, crean condiciones óptimas para que los virus se propaguen rápidamente y muten. Esto no solo afecta a los animales de granja sino también plantea una amenaza para las poblaciones de aves silvestres cuando estos patógenos vuelven al medio ambiente. Un ejemplo de esto es la emergencia de la cepa H5N1, que originalmente infectó a gansos de granja en China antes de propagarse a poblaciones silvestres. Tales incidentes subrayan el papel de las prácticas facilitadas por el ser humano en la evolución y diseminación de enfermedades aviarias.

Estos factores combinados ilustran el profundo impacto que las actividades humanas tienen sobre el mundo natural. Alterando hábitats, acelerando el cambio climático y participando en prácticas como la agricultura industrial, los humanos han creado condiciones que favorecen el brote y la propagación de enfermedades entre las poblaciones de aves. Esto no solo amenaza a las especies aviarias sino que también puede tener graves implicaciones para la salud humana, como se ve con las enfermedades zoonóticas que pueden transferirse de animales a humanos. Abordar estos problemas requiere un enfoque multidisciplinario, incluyendo esfuerzos de conservación, prácticas agrícolas sostenibles y políticas orientadas a mitigar el cambio climático para restaurar el delicado equilibrio entre las aves y su entorno.

Intersección de la salud animal, la agricultura y la conservación de la vida silvestre

La cuestión de la gripe aviar y su impacto tanto en poblaciones de aves domésticas como silvestres destaca un desafío crítico en la intersección de la salud animal, la agricultura y la conservación de la vida silvestre. La necesidad de que los agricultores mantengan la salud de su ganado, protejan sus negocios y mitiguen los riesgos para los trabajadores agrícolas y el potencial de transmisión zoonótica exige una acción rápida cuando ocurren brotes. Sin embargo, la respuesta a menudo implica medidas drásticas como el sacrificio de rebaños enteros, una práctica que ha llevado a la muerte de decenas de millones de gallinas desde 2022. Esta respuesta, aunque dirigida a contener la propagación del virus, plantea preocupaciones éticas significativas, especialmente cuando se emplean métodos como el cierre de ventilación, que lleva a un sufrimiento prolongado y la muerte por sobrecalentamiento, una técnica criticada por grupos de bienestar animal como innecesariamente cruel.

La cantidad impresionante de aves domésticas y silvestres afectadas subrayan la urgencia de encontrar estrategias más humanas y efectivas para manejar y prevenir brotes. El hecho de que hasta 66 millones de pollos y pavos hayan sido sacrificados usando métodos controvertidos desde 2022 subraya la necesidad de medidas de bioseguridad mejoradas y consideraciones éticas en la avicultura.

La interfaz entre las poblaciones de aves silvestres y cautivas es un punto crítico de preocupación. Los esfuerzos para minimizar las interacciones entre estos grupos son vitales para prevenir la propagación de la gripe aviar, sin embargo, esto resulta ser una tarea muy difícil debido a los desafíos para aislar poblaciones animales densamente mantenidas en granjas. Los fallos en las medidas de bioseguridad, o la falta de implementación adecuada, pueden tener efectos devastadores en las poblaciones de aves silvestres, como lo evidencian las significativas muertes en varias especies a través de América del Norte y Europa.

Pérdidas significativas entre especies como aves marinas atlánticas, charranes patinegros y gansos subrayan la amenaza que enfermedades como la gripe aviar representan no solo para los intereses agrícolas y el bienestar animal, sino también para la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.

La cepa de gripe aviar que se propagó por América del Norte desencadenó una temporada de plagas para las aves marinas atlánticas cuando apareció por primera vez a finales de 2021 en una granja de Terranova. Desde abril hasta septiembre de 2022, la gripe aviar mató a aproximadamente 41,000 aves silvestres en Canadá. Al menos el 17 por ciento de la población reproductora de charranes patinegros en el noroeste de Europa, más de 20,000 aves, fallecieron. Y desde noviembre de 2022 hasta enero de 2023, el virus mató a miles de gansos silvestres de Ross y de nieve en Dakota del Norte, Kansas, Indiana y California.

Necesidad de enfoques integrales

Esta situación enfatiza la necesidad de enfoques integrales que equilibren las demandas de productividad agrícola con los imperativos de bienestar animal y conservación ambiental. Requiere un esfuerzo internacional, de múltiples partes interesadas, para abordar los complejos desafíos presentados por la influenza aviar, incorporando bioseguridad avanzada, estrategias de vacunación y consideraciones éticas para mitigar el impacto tanto en poblaciones de aves domésticas como silvestres. Tales esfuerzos deberían apuntar no solo a proteger la salud animal y prevenir pérdidas económicas, sino también a preservar la biodiversidad global y evitar la erosión adicional del patrimonio natural de nuestro planeta.

El calentamiento global provocado por la actividad humana amenaza las recuperaciones futuras de las poblaciones de aves en América del Norte, agravando los efectos de enfermedades como la gripe aviar. Un ejemplo claro fue el fracaso reproductivo sin precedentes en una colonia de alcatraces norteños en 2022, exacerbado por una ola de calor marina. Las temperaturas más cálidas, que se prevé sean más comunes, complican la recuperación de las aves al profundizar problemas como la escasez de alimentos, la contaminación y la pérdida de hábitat. La propagación descontrolada de virus altamente patógenos representa un riesgo no solo para especies en peligro como el frailecillo atlántico y el charrán rosado sino también para la salud humana y el ganado. Este contexto destaca la responsabilidad humana en el sufrimiento de las aves debido a la agricultura industrial, el cambio climático y la destrucción de hábitats, subrayando la necesidad de considerar el impacto ecológico más allá de la perspectiva humana.

Preocuparse solo por la perspectiva de la infección humana traiciona un narcisismo ecológico. No debemos ignorar el sufrimiento no humano por el cual somos responsables, a través de la agricultura industrial, el cambio climático antropogénico y la destrucción de hábitats.

Aunque probablemente no debemos preocuparnos inmediatamente por contraer la gripe aviar a través de la carne, los huevos o los productos lácteos, este es un buen momento para reducir el consumo de productos que contribuyen al cambio climático (como la carne de res, por el consecuente aumento en gases de efecto invernadero) o perpetúan la crueldad (como los huevos de gallinas enjauladas). Las mismas granjas industriales que causan sufrimiento animal excesivo también pueden funcionar como reservorios de enfermedades.

Un compromiso duradero con toda la vida planetaria —humana y no humana — reduciría el riesgo de que las enfermedades zoonóticas se transmitan a los humanos. Pero salvar el planeta para nuestro propio beneficio es solo ligeramente menos miope que destruirlo en detrimento nuestro. Como sus habitantes más influyentes y destructivos, tenemos el deber de cuidar toda la naturaleza, no solo a sus habitantes humanos.

Fuente: https://www.nytimes.com/2024/05/10/opinion/bird-flu-animal-deaths-h5n1.html



José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

CDC

La próxima pandemia

Asisto a la Reunión Anual del Servicio de Inteligencia Epidemiológica (EIS, por sus siglas en inglés) de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en Atlanta, Georgia desde el 1985 cuando ingresé a ese programa de entrenamiento en epidemiología práctica, luego de completar mis estudios postgrado de medicina en salud pública y epidemiología.

La Reunión Anual, siempre en la primavera, cuenta con un componente integral y prestigioso conocido como la Conferencia Langmuir. Nombrada en honor al Dr. Alexander D. Langmuir, el fundador del programa EIS en 1951 y una figura influyente en el campo de la epidemiología, esta serie de conferencias honra su legado.

El Dr. Langmuir era conocido por sus significativas contribuciones a la salud pública, particularmente en el establecimiento de métodos sistemáticos para la vigilancia epidemiológica y respuesta ante brotes de enfermedades. La conferencia que lleva su nombre refleja estos valores al enfocarse en temas vitales dentro de la epidemiología y la salud pública.

Cada año, un experto distinguido en el campo de la salud pública o epidemiología es invitado a impartir la Conferencia Langmuir. El ponente seleccionado discute sobre los problemas actuales, desafíos y avances en la lucha contra las enfermedades, ofreciendo perspectivas basadas en su investigación y experiencia. Esta conferencia no solo sirve como un tributo al impacto duradero del Dr. Langmuir en la salud pública, sino también como un foro para compartir conocimientos, iniciar discusiones e inspirar a la próxima generación de profesionales de la salud pública y epidemiólogos.

En la Conferencia Langmuir de este año 2024, el Dr. Atul Gawande presentó un análisis exhaustivo de la longevidad en los países y regiones del mundo. Como indicador principal recomendó el índice de mortalidad prematura (< 50 años de edad) como métrica internacional idónea para comparar el progreso del estado de salud en el mundo.  Países como Tailandia y Costa Rica han logrado avances en la longevidad comparables con los de Estados Unidos, pero con mucho menos recursos. Esto es debido a que, distinto a los Estados Unidos con su énfasis en la medicina especializada y un sistema de salud fragmentado, esos países han priorizado la atención médica primaria integrada a los servicios de salud comunitarios.

El compromiso ético de procurar el acceso universal a los servicios de salud me hizo recordar a otra figura prominente del EIS, el Dr. William Foege (EIS 1962), autor del libro “Fears of the Rich, Needs of the Poor.” El Dr. Foege es un epidemiólogo y experto en salud pública estadounidense altamente estimado, conocido principalmente por su papel crucial en el esfuerzo exitoso para erradicar la viruela durante la segunda mitad del siglo XX.

La viruela fue oficialmente declarada erradicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 8 de mayo de 1980. Esta declaración marcó el fin de una larga y concertada campaña mundial de vacunación contra la enfermedad, haciendo de la viruela la primera y, hasta la fecha, la única enfermedad humana en ser erradicada por esfuerzos deliberados de intervención sanitaria. El éxito de esta campaña sigue siendo uno de los mayores logros en la historia de la salud pública.

Sirviendo como Director de los CDC de 1977 a 1983, el Dr. Foege ha sido instrumental en dar forma a las políticas e iniciativas de salud pública tanto en Estados Unidos como a nivel global. Sus estudiantes y colegas lo reconocemos por acuñar el concepto de “epidemiologia consecuente” (“consequential epidemiology”).

La epidemiología consecuente se refiere a la práctica de aplicar los principios y hallazgos epidemiológicos no solo para entender los problemas de salud sino para provocar cambios significativos y positivos en los resultados de salud pública. Foege, conocido por su enfoque innovador en salud pública, enfatiza la importancia de usar la epidemiología como una herramienta para la acción — una que debería llevar a intervenciones y políticas que tengan impactos reales y medibles en las comunidades y poblaciones.

Este concepto va más allá de la epidemiología tradicional, que a menudo se centra en identificar patrones, causas y efectos de las condiciones de salud y enfermedad en poblaciones específicas. La epidemiología consecuente utiliza este conocimiento para implementar soluciones prácticas y abogar por cambios que mejoren la salud pública a gran escala. Es un enfoque que demanda creatividad, pensamiento crítico y la voluntad de participar en la defensa de la salud pública y la formulación de políticas.

La perspectiva de Foege sobre la epidemiología consecuente muestra su creencia de que los profesionales de la salud pública no solo deben ser científicos, sino también defensores del cambio. Deben esforzarse por asegurar que su trabajo conduzca a mejoras tangibles en la salud y la vida de las personas. Su propia carrera, notablemente su liderazgo en el programa de erradicación de la viruela, ejemplifica cómo los conocimientos epidemiológicos pueden transformarse en exitosas estrategias globales de salud. Este enfoque ha influenciado a muchos en salud pública a pensar más ampliamente sobre su papel en la sociedad y el impacto que pueden lograr a través de su trabajo.

Durante su mandato como director de CDC, el Dr. Foege expandió el enfoque de la agencia para incluir un rango más amplio de problemas de salud pública, incluyendo enfermedades crónicas, ocupacionales, ambientales y discapacidades, sentando así las bases para el papel moderno de los CDC como líderes en la prevención y control tanto de enfermedades infecciosas como crónicas, incluyendo la prevención de la violencia.

Las contribuciones de Foege a la salud pública han sido reconocidas con numerosos premios y honores, incluyendo la Medalla Presidencial de la Libertad otorgada por el presidente Barack Obama en 2012. Su legado incluye no solo la erradicación de la viruela sino también avances significativos en la política de salud global, sistemas de entrega de vacunas, y el enfoque general hacia las crisis de salud pública.

En su Conferencia Langmuir del 2021, Dr. Foege expuso que, además del rigor metodológico inherente a la capacitación del científico académico, el objetivo principal del entrenamiento EIS se puede resumir en la frase: la capacitación ética en la ciencia y el arte del sentido común en su máxima expresión (“moral, creative common sense at its best”), un “sentido común” expresado en la profunda sencillez de numeradores precisos y denominadores apropiados para cuantificar —con validez— el impacto de un factor de riesgo que afecte la salud individual y colectiva. Foege toma de Thomas Huxley la idea de la ciencia como sentido común en su máxima expresión (“common sense at its best”), de Will Durant la idea de que el arte de una práctica la dota de creatividad, y de Francis Bacon la idea de que la ciencia, a pesar de su enorme potencial para expandir el conocimiento, carece de compás ético.

(2107) 2021 Alexander D. Langmuir Lecture by Former CDC Director William Foege – YouTube

[transcripción:  https://www.c-span.org/video/?512304-1/centers-disease-control-prevention-marks-70-years-detecting-diseases]

Al final de su ponencia, citando a Stephen Luby (EIS 1990), Dr. Foege alerta sobre el peligro para la humanidad de una ciencia amoral, brindando como ejemplos de inminentes amenazas de extinción de la humanidad: i) las armas nucleares, ii) el calentamiento global, iii) la biología sintética (genómica) y iv) la inteligencia artificial. Recordemos que la amenaza del bioterrorismo en los 1950s fue una razón importante para la creación del EIS en 1951.

Dr. Foege resume en cinco retos la situación del programa EIS y de los CDC para el 2021. Estos son: i) constancia en el triple objetivo de capacitación ética, creativa y científica; ii) el estudio de los determinantes sociales de la salud, con énfasis en la salud mental, como marco conceptual de la estrategia de prevención de morbilidad y mortalidad; iii) mayor énfasis en métricas de resultados que en métricas de procesos en la evaluación de la prestación de los servicios de salud; iv) prestar atención a los factores que pueden conducir a la humanidad a su propia extinción; y v) restaurar la confianza pública en los CDC luego de los embates por los bravucones (“bullies”) políticos que amordazaron a la institución, y por los salubristas que traicionaron los fundamentos de la buena práctica de salud pública, durante la pandemia COVID-19.

Se pregunta Dr. Foege en el 2021: ¿han perdido su norte los CDC? Nos recuerda que la misión de la institución que dirigió continúa vigente, esto es:  i) eliminar la mortalidad precoz (muertes prematuras), ii) eliminar el sufrimiento innecesario y iii) mejorar la calidad de vida de la población.

Dr. Foege, citando a Lincoln Steffens, dice sobre el 70 aniversario de la fundación del EIS en 2021: “El mejor libro no ha sido escrito. La mejor canción no ha sido cantada. Y el mejor poema está por venir.” Y también afirma,

“Lo mejor del EIS todavía no está escrito,
y la peor pandemia está por venir”.

Es esta observación y advertencia final la que motiva esta introducción a una serie de escritos sobre el tema al que alude el título de este ensayo: la próxima pandemia. ¿Estaremos preparados? ¿Hemos aprendido las lecciones de las previas?  

A pandemic agreement is within reach | Science

Entre los temas a tratarse en próximos ensayos se encuentran:


Iniciativa de Riesgos Existenciales

Según el Dr. Luby, algunos de los peligros más importantes para la humanidad incluyen el conflicto armado que involucra armas nucleares, el calentamiento global, así como el potencial de patógenos genéticamente modificados. Estas amenazas, entre otras, representan un espectro de desafíos que podrían poner en peligro la supervivencia humana, necesitando un enfoque multidisciplinario para la prevención y mitigación.

En particular, el riesgo planteado por las armas nucleares no solo involucra la destrucción inmediata que pueden causar, sino también los impactos ambientales y de salud a largo plazo. De manera similar, el calentamiento global amenaza con desestabilizar los sistemas naturales, llevando a eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y disrupciones en las cadenas de suministro de alimentos. Los patógenos genéticamente modificados, si bien prometen avances médicos, también representan riesgos de bioseguridad si son mal utilizados o liberados involuntariamente.

Las medidas preventivas y las prioridades de salud pública discutidas por el Dr. Luby subrayan la importancia de la cooperación global, la innovación científica y estrategias rigurosas de salud pública. Abordar estos riesgos existenciales requiere integrar la investigación científica con políticas públicas y compromiso comunitario, con el objetivo de mitigar amenazas potenciales antes de que escalen a puntos sin retorno.

Estos temas se están explorando más a fondo a través de iniciativas como la Iniciativa de Riesgos Existenciales de Stanford, que busca entender y mitigar los riesgos de extinción humana. Los esfuerzos implican investigación rigurosa, divulgación educativa y defensa de políticas, enfocándose en cómo proteger mejor el futuro de la humanidad frente a estos desafíos sin precedentes.

Dada la complejidad de estas amenazas y la naturaleza interconectada de nuestros sistemas globales, está claro que prevenir la extinción humana no es solo un empeño científico sino también un imperativo moral. El trabajo realizado por investigadores como el Dr. Luby y instituciones como la Universidad de Stanford destaca la importancia crítica de abordar los riesgos existenciales como una prioridad de salud pública integral.

  1. Stanford Existential Risks Initiative
  2. Preventing Human Extinction as a Public Health Priority
  3. Stanford Daily – Preventing Human Extinction ~ Planetary Health

José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

Puerto Rico

Tecnofobia


El periodismo superficial y alarmista, más presto a infundir temor que a informar, nos presenta una perspectiva negativa sobre el tema de la inteligencia artificial (IA) en la academia.

Una perspectiva mejor balanceada y más objetiva, que debe ser el objetivo de todo periodista, se puede consultar en varias fuentes, como ésta:


Utilizando una herramienta de IA, he formulado la siguiente pregunta:

P: Escribir un ensayo sobre cómo superar el miedo a la inteligencia artificial en el ámbito académico (fraude, plagio), acuñando un término pegadizo para este miedo. ¿Qué tal si se capacita a los profesores en herramientas de IA para que puedan generar materiales basados en IA, sobre los cuales los estudiantes deben mejorar sustancialmente y defender en exámenes orales para obtener crédito académico y así promover el uso creativo de la IA en la academia?

-JB

La respuesta:

Promoviendo la Creatividad en la Academia: Capacitando a los Profesores en Herramientas de IA

La integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la educación presenta una gran cantidad de oportunidades para mejorar las experiencias de enseñanza y aprendizaje. Un enfoque innovador es capacitar a los profesores en herramientas de IA, permitiéndoles generar materiales basados en IA que los estudiantes deben mejorar sustancialmente y defender en exámenes orales para obtener crédito académico. Esta estrategia podría abordar simultáneamente las preocupaciones sobre el mal uso de la IA y promover su uso creativo en la academia.

Entendiendo el Concepto

Este enfoque implica que los profesores usen herramientas de IA para crear contenido académico básico, como borradores de ensayos o resúmenes de investigación. Luego, se les asignaría a los estudiantes la tarea de mejorar estos materiales generados por IA de manera sustancial, agregando sus perspectivas e ideas únicas. El trabajo final se defendería en un examen oral, asegurando que los estudiantes realmente entiendan y puedan articular los conceptos involucrados.

Beneficios del Enfoque

Este método tiene varias ventajas. En primer lugar, alienta a los estudiantes a comprometerse profundamente con el material, promoviendo el pensamiento crítico y la creatividad. La IA puede estimular habilidades de pensamiento de orden superior.

En segundo lugar, proporciona una salvaguarda contra la deshonestidad académica. Dado que los estudiantes deben mejorar el material generado por IA y defender su trabajo verbalmente, no pueden simplemente presentar el trabajo producido por IA textualmente.

Finalmente, ofrece una forma práctica para que los estudiantes aprendan sobre IA y sus aplicaciones. Al interactuar con contenido generado por IA, adquieren experiencia de primera mano sobre cómo funciona la IA, sus capacidades y limitaciones.

Implementando el Enfoque

Para que este enfoque tenga éxito, es necesario capacitar a los profesores en el uso de herramientas de IA. Esto implicaría no solo capacitación técnica, sino también orientación sobre cómo integrar eficazmente la IA en sus estrategias de enseñanza. La formación del profesorado es crucial para aprovechar la IA en la educación.

Además, deberían existir sistemas robustos para evaluar las mejoras de los estudiantes al material generado por IA y sus defensas verbales. Esto podría implicar rúbricas que evalúen el pensamiento crítico, la creatividad y la comprensión del tema.

En conclusión, capacitar a los profesores para usar herramientas de IA para generar materiales para la mejora y defensa de los estudiantes es una forma innovadora de promover el uso creativo de la IA en la academia. Requiere una implementación cuidadosa y formación docente, pero tiene un gran potencial para enriquecer las experiencias académicas mientras se mantiene la integridad académica.


Insto a periodistas y a docentes a mejorar este ensayo, cuidándose de la tecnofobia.


José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

Puerto Rico

La inteligencia artificial

A continuación mi diálogo (sin editar) con mi asistente Jasper.ai, sobre el excelente artículo que acabo de leer del Dr. Fernando Cabanillas sobre el rol de las bacterias en la detección y el tratamiento de cáncer.

P: summarize in Spanish pulling from https://www.elnuevodia.com/opinion/consejos-de-cabecera/la-revolucion-de-las-bacteriasy-el-desempleo-de-los-oncologos/

R: Aquellos que han leído mis columnas sobre el papel de las bacterias y los hongos en nuestro cuerpo, podrían pensar que estoy profundamente obsesionado con este tema. Sin embargo, la realidad es que continúan apareciendo estudios con resultados fascinantes que revelan cómo estos microorganismos no solo tienen la capacidad de infectar tumores malignos, sino que también podemos explotarlos de varias formas para nuestro beneficio.

Los nuevos avances en la ciencia están revelando cada vez más la importancia de las bacterias y los hongos en nuestra salud. Estos microorganismos no solo juegan un papel crucial en nuestra digestión y en el mantenimiento de nuestro sistema inmunológico, sino que también pueden tener un papel importante en la lucha contra el cáncer.

Los estudios recientes han demostrado que ciertas bacterias y hongos pueden infectar tumores malignos. Esto abre la posibilidad de utilizar estos microorganismos como una nueva forma de terapia contra el cáncer. Además de su capacidad para infectar tumores, también estamos empezando a comprender cómo podemos explotar a estos microorganismos de otras formas para nuestro beneficio.

La ciencia está avanzando rápidamente en este campo y cada vez hay más evidencia de que estas bacterias y hongos pueden ser una herramienta valiosa en la lucha contra el cáncer. Sin embargo, todavía queda mucho por aprender sobre cómo podemos utilizarlos de la manera más eficaz y segura posible.

Esto es solo el comienzo de una revolución en la medicina que podría cambiar la forma en que tratamos el cáncer y muchas otras enfermedades. A medida que continuamos explorando el increíble potencial de las bacterias y los hongos, es posible que veamos cambios significativos en la forma en que abordamos la medicina en el futuro.

Fuente: El Nuevo Día


P: write about bacterial therapy for cancer, citing sources

R: In the quest to find effective treatments for cancer, scientists have turned to an unlikely ally: bacteria. This method, known as bacterial therapy, is gaining traction due to its potential to specifically target tumors12.

The fundamentals of bacterial therapy for cancer revolve around the unique ability of certain bacteria to survive and replicate in necrotic tumor tissue with low oxygen content3. This characteristic allows these bacteria to directly attack and destroy cancer cells.

One of the major advantages of bacterial therapies for cancer is their ability to specifically target tumors2. The mechanisms of bacterial accumulation in tumors differ depending on the type of bacteria used, but this specificity offers a significant advantage over traditional treatments that can harm healthy cells along with cancerous ones.

Various approaches are being explored to utilize bacteria in cancer therapy, including engineering bacterial strains and their products4. Bacterial products are gaining relevance as new classes of bioactive products to treat and prevent cancer. In addition, bacteria are also being considered as vehicles for gene therapy of cancer5.

There’s also the concept of bacterial magnetic nanoparticles for photothermal therapy of cancer under the guidance of MRI6. This involves using magnetotactic bacteria and investigating their effects on specific types of cancer cells.

However, while the potential of bacterial therapy is promising, there are limitations and challenges that need to be addressed. These include understanding the precise mechanisms of bacteria-cancer interaction and developing strategies to control bacterial growth to prevent potential side effects1.

Despite these challenges, the future of bacterial therapy for cancer looks promising. As the research progresses, we may see bacteria becoming an integral part of the cancer treatment toolbox7, providing new ways to fight this devastating disease.

Footnotes

  1. Frontiers 2
  2. Nature 2
  3. Springer
  4. Springer
  5. Taylor & Francis Online
  6. ScienceDirect
  7. ScienceDirect

P: translate into Spanish previous response about bacterial therapy for cancer, citing sources

R: En la búsqueda de tratamientos efectivos para el cáncer, los científicos han recurrido a un aliado inesperado: las bacterias. Este método, conocido como terapia bacteriana, está ganando tracción debido a su potencial para atacar específicamente los tumores12.

Los fundamentos de la terapia bacteriana para el cáncer se basan en la capacidad única de ciertas bacterias para sobrevivir y replicarse en tejido tumoral necrótico con bajo contenido de oxígeno3. Esta característica permite a estas bacterias atacar y destruir directamente las células cancerosas.

Una de las principales ventajas de las terapias bacterianas para el cáncer es su capacidad para apuntar específicamente a los tumores2. Los mecanismos de acumulación bacteriana en tumores varían dependiendo del tipo de bacteria utilizada, pero esta especificidad ofrece una ventaja significativa sobre los tratamientos tradicionales que pueden dañar las células sanas junto con las cancerosas.

Se están explorando varios enfoques para utilizar las bacterias en la terapia del cáncer, incluyendo la ingeniería de cepas bacterianas y sus productos4. Los productos bacterianos están ganando relevancia como nuevas clases de productos bioactivos para tratar y prevenir el cáncer. Además, las bacterias también se están considerando como vehículos para la terapia génica del cáncer5.

También está el concepto de nanopartículas magnéticas bacterianas para la terapia fototérmica del cáncer bajo la guía de resonancia magnética (MRI)6. Esto implica el uso de bacterias magnetotácticas e investigar sus efectos en tipos específicos de células cancerosas.

Sin embargo, aunque el potencial de la terapia bacteriana es prometedor, existen limitaciones y desafíos que deben abordarse. Estos incluyen entender los mecanismos precisos de interacción bacteria-cáncer y desarrollar estrategias para controlar el crecimiento bacteriano para prevenir posibles efectos secundarios1.

A pesar de estos desafíos, el futuro de la terapia bacteriana para el cáncer parece prometedor. A medida que avanza la investigación, es posible que veamos a las bacterias convertirse en una parte integral del conjunto de herramientas de tratamiento del cáncer7, proporcionando nuevas formas de combatir esta devastadora enfermedad.

Footnotes

  1. Frontiers 2
  2. Nature 2
  3. Springer
  4. Springer
  5. Taylor & Francis Online
  6. ScienceDirect
  7. ScienceDirect

[JB] No recomiendo el uso indiscriminado de la IA, y mucho menos sin saber del tema que se investigue, o al menos contrastar la información generada por la IA con el conocimiento de los expertos.

También existen variantes de la IA según la codificación de los ingenieros de informática que la programen. Y cada variante puede ser entrenada según el tono y la voz del interlocutor. En mi caso, utilizo usualmente una voz de tono filosófico para abordar temas metafísicos sobre el misterio de la conciencia que he estudiado por varias décadas, como aparece en mis “Diálogos Socráticos“. <Jasper and I: Socratic Dialogues (bookdown.org)>

Sin embargo, hoy he decido exponer, sin editar, el texto generado por el asistente AI que utilizo, con el propósito de que ustedes juzguen directamente su validez y precisión (sobre el tema del cual escribe hoy su columna el Dr. Cabanillas). Demás está decir que el Dr. Cabanillas tiene la última palabra sobre la precision y validez del texto generado por la AI. Solo acoto que usualmente requiero de la IA que expanda en un “chat” cada párrafo que genera, con preguntas precisas, para profundizar sobre el tema, cosa que no he hecho en este caso para no alargar esta breve introducción al tema. -JB

PD:

P: resumir avances recientes en inteligencia artificial que han permitido el uso generalizado de ChatGPT y otras herramientas

R: La inteligencia artificial (IA) ha experimentado avances significativos en los últimos años, particularmente en el desarrollo y aplicación de modelos de lenguaje como ChatGPT. Estos avances están permitiendo un uso cada vez más generalizado de estas herramientas en una variedad de contextos.

ChatGPT, desarrollado por OpenAI, es un ejemplo destacado de estos avances. Es un modelo de lenguaje grande que utiliza algoritmos de aprendizaje automático para entender y generar texto de manera coherente1. Su capacidad para comunicarse en inglés claro y sencillo está siendo reconocida como un punto de inflexión para la IA2.

El uso de ChatGPT y otras herramientas de IA generativa está remodelando el mundo empresarial, ofreciendo capacidades poderosas para una variedad de aplicaciones3. Por ejemplo, ChatGPT se puede utilizar para diseñar encuestas conversacionales e inteligentes, lo que permite obtener datos más precisos y atractivos que las encuestas convencionales4.

Además, una de las ventajas más significativas de ChatGPT es su capacidad para generar datos sintéticos que pueden utilizarse para entrenar modelos de aprendizaje automático5. Esto está cambiando la forma en que utilizamos la inteligencia artificial, convirtiendo el “próximamente” en “ahora”6.

Sin embargo, a pesar de estos avances y beneficios, también hay desafíos y limitaciones a tener en cuenta. Por ejemplo, puede costar millones de dólares entrenar y operar tecnologías de IA generativa como ChatGPT7, y estamos obligados a reimaginar cómo nos relacionamos con el mundo a medida que estas tecnologías avanzan8.

En resumen, los avances recientes en la IA están permitiendo un uso más generalizado de herramientas como ChatGPT, lo que tiene implicaciones significativas para una variedad de sectores. Sin embargo, también es crucial tener en cuenta los costos y desafíos asociados con el desarrollo y la implementación de estas tecnologías.

Footnotes

  1. UCO
  2. HBR
  3. McKinsey
  4. ScienceDirect
  5. MDPI
  6. Elon University
  7. CNBC
  8. Harvard Online

José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

Gender

An epidemic of confounding?

Confounding Bias

As an epidemiologist, it is essential to recognize the importance of confounding in research studies, especially when examining complex relationships, such as the association between cancer and exposures like alcohol and smoking, or the association of mental health and suicide.

Definition of Confounding

Confounding occurs when a third variable, called a confounder, is associated with both the exposure (e.g., alcohol or smoking) and the outcome (e.g., cancer) under study. This association can lead to a distorted estimate of the relationship between the exposure and outcome, making it challenging to determine the true effect of the exposure on the outcome.

Example of Confounding

In a study investigating the relationship between alcohol consumption and lung cancer, smoking could be a confounding factor. Smoking is associated with both alcohol consumption (exposure) and lung cancer (outcome). If not controlled for, the observed association between alcohol consumption and lung cancer might be partially or entirely because of smoking rather than alcohol itself.

Model 1. Causal association between alcohol drinking and cancer confounded by smoking. The double-head arrow signifies an association that is not causal. The unidirectional arrows imply a causal association.

Application of Confounding Model to Mental Health and Gender Dysphoria

Anxiety and depression, caused by factors ranging from genetics to social determinants of health, may be symptoms associated with major mental illnesses, such as depressive, or bipolar disorders. These symptoms may lead to suicide. Gender dysphoria is also associated with anxiety and depression, and therefore, its contribution to suicide may be confounded by its association with anxiety and depression. The directionality of gender dysphoria as the cause of depression and anxiety has not been proven.

The fact that suicide rates, as well as reported symptoms of anxiety and depression have continued to increase in population surveys — among teenage girls in particular — despite mitigating interventions to prevent stigmatization, argues against the currently prescribed causal relationship. Furthermore, the observed reduction in suicides in reported case series would need further assessment to rule out a temporary effect due to celebrity status.

Model 2. Casual association between gender dysphoria and suicide confounded by anxiety and depressive symptoms. The double-head arrow signifies an association that is not causal. The unidirectional arrows imply a causal association.

Strategies to Control for Confounding Variables

  1. Study Design: Researchers can use matching or stratification in their study designs to control for potential confounders. Stratification in the analysis would achieve a similar purpose. However, the potential confounders would need to be considered in estimating the sample size of the study to count with enough observations in each stratum for a robust analysis.
  2. Statistical Analysis: Using multivariable regression models, researchers can adjust for confounders by including them as covariates in the analysis. This approach helps isolate the independent effect of the exposure on the outcome while accounting for potential confounding variables.
  3. Randomization: In experimental studies, randomization ensures that participants are assigned to exposure groups by chance, minimizing the likelihood of confounding. However, often this method is not always feasible, as it is not in this case, and we need to rely on observational studies. Given that, in this instance, recall bias of case-control studies would lead to an insurmountable bias, the cohort study design would be preferred.

In cohort study designs, researchers follow a group of individuals over time, tracking exposures and outcomes, and comparing the incidence of the outcome between exposed and unexposed groups. The cohorts under study are usually observed prospectively.

As of 2022, a systematic review of the publication-biased clinical literature about gender dysphoria and gender-affirming care would readily reveal that no well-designed cohort studies with clear and unambiguous exposure definitions, adequate study power, and sufficient period of observation have been conducted. Instead, case series and expert opinions have been presented as evidence to support standards of gender-affirming care with unproven claims of reversible effects.

The Reverse Causation Hypothesis of Abigail Shrier

Jun 29, 2021 (copyright 2000)

Abigail Shrier’s Irreversible Damage: The Transgender Craze Seducing Our Daughters is a work that has ignited intense discourse and debate within the realm of transgender studies and beyond. The book primarily focuses on the recent surge in adolescent girls identifying as trans boys, attributing this not to gender dysphoria or transgenderism but to a social contagion fueled by peer influence and societal pressures.

Shrier’s book is undeniably well-researched and compassionate, providing a wealth of statistics, personal accounts, and expert testimonials to back her claims. She navigates through complex issues such as botched surgeries and the regret experienced by some individuals post-transition; topics that require careful handling given their sensitive nature. Her exploration of these areas is comprehensive, and she adds a significant contribution to the literature surrounding transgender youth.


Some data sources:


“This surge has raised vexing questions. Are these issues inherent to adolescence that merely went unrecognized before — or are they being over diagnosed now? Historical comparisons are difficult, as some data around certain issues, like teen anxiety and depression, began to be collected relatively recently. But the rising rates of emergency-room visits for suicide and self-harm leave little doubt that the physical nature of the threat has changed significantly.” https://www.nytimes.com/2022/04/23/health/mental-health-crisis-teens.html

Another study

Analyzing survey responses of more than 84,000 people of all ages in Britain, the researchers identified two distinct periods of adolescence when heavy use of social media spurred lower ratings of “life satisfaction”: first around puberty — ages 11 to 13 for girls, and 14 to 15 for boys — and then again for both sexes around age 19.

For most adolescents in the United States, screens are a big part of life. Nine out of 10 American teenagers have a smartphone, and they are spending many hours a day staring at it — watching videos, playing games and communicating through social media, recent surveys show.

As social media use among teenagers has exploded over the past two decades, so too have rates of depression, anxiety and suicide, leading scientists to wonder if these striking trends could be related.

Some have suggested that social media may have an indirect effect on happiness by displacing other activities, like in-person interactions, exercise or sleep, that are crucial for mental and physical health. Heavy social-media use seems to disturb adolescent sleep patterns, for example.

Source: https://www.nytimes.com/2022/03/28/science/social-media-teens-mental-health.html

Causal Inference

In epidemiological research, an absolute criterion of causal inference is that the cause must precede the effect (outcome under study). There is ample evidence to suggest that: 1) a preexisting gender gap in anxiety/depression leading to self-harming behavior, 2) a differential effect of social media on teenage girls, and 3) gender dysphoria has historically been very rare and had occurred almost exclusively in males. The fact that we don’t see a similar surge of gender dysphoria among older cohorts of women suggests that social media may have exerted a causal role.

Conclusion

The available evidence suggests that Shrier’s hypothesis cannot be dismissed. Indeed, social media may be exerting a causal role in the gender dysphoria epidemic. Teenage girls are indeed more prone to anxiety and depression leading to self-harm than teenage boys since before the advent of social media. The gap between teenage girls and boys has significantly widened since then, and has been exacerbated by the COVID-19 pandemic. The anecdotal evidence and expert opinion, misconstrued as definitive scientific facts, may be confounded, as shown in model 2, and the warning expressed by Shrier should be seriously considered regardless of the current political polarization of this issue.  


Rebuttal:

Abigail Shrier’s Irreversible Damage: The Transgender Craze Seducing Our Daughters presents a narrative that there’s a sudden surge in the number of teen girls identifying as trans boys due to social contagion rather than gender dysphoria or transgenderism. However, several points in her thesis can be challenged based on existing research and scientific understanding of gender identity.

  1. Transgender as a Social Contagion: Shrier posits that the rise in transgender identification among teenagers, particularly those assigned female at birth (AFAB), is a result of social influence or trend. This notion has been widely disputed by experts who argue that gender identity isn’t something that can be influenced by trends or peer pressure. The American Psychological Association (APA) asserts that being transgender is not a mental disorder and is a deeply held aspect of one’s identity.
  2. The Role of Mental Health: Shrier suggests that many young individuals who identify as trans might be struggling with other mental health issues, implying a causative link. While it’s true that transgender individuals may have higher rates of mental health issues, many studies indicate these are often due to societal prejudice, discrimination, and lack of acceptance rather than being intrinsic to being transgender.
  3. Regret After Transition: Shrier brings up cases of individuals regretting transition. While such cases do exist, they represent a small minority. A 2015 survey of over 28,000 people found that only 8% of respondents reported detransitioning, and 62% of those did so temporarily. The most common reason wasn’t regret but pressure from family, indicating societal factors play a significant role.
  4. Medical Interventions: Shrier expresses concern about medical interventions for transgender youth. It’s crucial to note that guidelines provided by professional organizations like the Endocrine Society and the World Professional Association for Transgender Health (WPATH) recommend a careful, staged approach. They advise using puberty blockers, which are reversible, to give adolescents more time to explore their gender identity.
  5. Rapid Onset Gender Dysphoria (ROGD): Shrier’s argument heavily relies on the concept of ROGD, a term that is not recognized by any major medical organization. The alleged condition suggests that social contagion is the reason for a sudden onset of gender dysphoria in adolescence. However, this concept has been criticized for its methodological flaws and lack of empirical evidence.

Commentary: Several inconsistencies are evident in this rebuttal. First, data are substituted by expert opinion. Second, the claim of causal directionality has not been proven. Third, the fluidity of gender identification is not consistent with a definitive assessment of regret. Fourth, the reversibility of puberty blockers has not been proven. Fifth, the lack of evidence is compounded by the censoring of studies contrary to established beliefs.

Historically, the paradigm shift from a geocentric to a heliocentric model of the solar system did not come about as a result of more data. It came about as a result of adopting a different model which did not contradict the evidence, but did contradict the dogmas of the epoch. We may be facing a similar situation today. The absolute reliance on self-reported gender identification, during such fluid time as adolescence, to apply nonreversible puberty blockers and other medical procedures in teenagers, may be seen in most (not all) cases as a misconstrued post-modern concept of the self, ignoring alternative and more rational models, such as Assagioli’s Psychosynthesis.

In a teenager confused and coached by social media influencers, who is advocating for a change in gender identity, the fluid personality of an immature conscious self, or the Higher (Transpersonal) Self?

Moreover, from an ethical perspective, a medical practitioner cannot apply a medical procedure on request from a patient without considering the four pillar of medical ethics.




References:

https://www.cdc.gov/healthyyouth/data/yrbs/yrbs_data_summary_and_trends.htm


Overall, the percentage of students reporting this behavior increased from 1999 to 2021. The direction of the trend line changed in 2015. There was no change, from 1999 to 2015. There was an increase from 2015 to 2021. Any indicated increase or decrease is statistically significant.

https://yrbs-explorer.services.cdc.gov/#/graphs?questionCode=H25&topicCode=C01&location=XX&year=2021

Prevalence of Mental Illness

Mental illness is fairly common among children and adolescents. In fact, approximately 22% of adolescents have a severe mental impairment, according to the National Alliance for the Mentally Ill. About half of all mental illness starts by the age of 14.2
https://www.verywellfamily.com/teen-mental-health-what-parents-need-to-know-2611247  


Facts about children’s mental health from 2013–2019

During this period, the most common disorders diagnosed among U.S. children aged 3–17 years were ADHD and anxiety problems, each affecting more than 1 in 11 children:

o          ADHD 9.8%

o          Anxiety 9.4%

Depression and suicide were a risk for older children and teens:

o          Among adolescents aged 12–17 years, 1 in 5 (20.9%) had ever experienced a major depressive episode.

o          Among high school students in 2019, more than 1 in 3 (36.7%) reported feeling sad or hopeless, and nearly 1 in 5 (18.8%) seriously considered attempting suicide.

o          About 7 in 100,000 children aged 10–19 years died by suicide in 2018 and 2019.

Mental disorders can begin in early childhood and affect children across a range of sociodemographic characteristics. Some populations are more affected due to social determinants of health such as poverty, access to education, and geographic area, resulting in health inequities.

Source: https://www.cdc.gov/childrensmentalhealth/features/understanding-public-health-concern.html

Vulnerable Teens

Adolescence is a critical period for mental, social, and emotional wellbeing and development. During adolescence, the brain undergoes significant developmental changes, establishing neural pathways and behavior patterns that will last into adulthood. 1

Because their brains are still developing, adolescents are particularly receptive to the positive influences of youth development strategies, social and emotional learning, and behavioral modeling. But adolescents’ developing brains, coupled with hormonal changes, make them more prone to depression and more likely to engage in risky and thrill-seeking behaviors than either younger children or adults. These and other factors underline the importance of meeting the mental, social, and emotional health needs of this age group.

Mental health and social and emotional wellbeing – combined with sexual and reproductive health, violence and unintentional injury, substance use, and nutrition and obesity – form part of a complex web of potential challenges to adolescents’ healthy emotional and physical development.

Facts about Adolescent Mental Health

•           Approximately 20% of adolescents have a diagnosable mental health disorder.

•           Many mental health disorders first present during adolescence.

•           — Between 20% and 30% of adolescents have one major depressive episode before they reach adulthood.— For a quarter of individuals with mood disorders like depression, these first emerge during adolescence.— Between 50% and 75% of adolescents with anxiety disorders and impulse control disorders (such as conduct disorder or attention-deficit/hyperactivity disorder) develop these during adolescence.

https://www.cdc.gov/childrensmentalhealth/features/understanding-public-health-concern.html

The American College of Obstetricians and Gynecologists makes the following recommendations and conclusions:

•           At least one in five youth aged 9–17 years currently has a diagnosable mental health disorder that causes some degree of impairment; one in 10 has a disorder that causes significant impairment.

•           The most common mental illnesses in adolescents are anxiety, mood, attention, and behavior disorders.

•           Suicide is the second leading cause of death in young people aged 15–24 years.

Source: https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/committee-opinion/articles/2017/07/mental-health-disorders-in-adolescents

[This analysis is work in progress. Created 2023.07.14]


José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico


COVID-19 PR

Alerta de repunte


He sido muy crítico con la prensa comercial por el apetito sensacionalista que usualmente promueve. «Vivir alertas, pero no alarmados» ha sido mi lema ante la pandemia COVID-19 desde sus inicios.


Esta vez, sin embargo, coincido con las señales que se están enviando por la prensa para alertarnos sobre la situación actual de la pandemia en Puerto Rico, a pesar de que ahora el tema «no vende». Sin embargo, aun así, cumplen su responsabilidad de informar verazmente.

La agenda oficialista gubernamental es evidente, tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos: se quiere minimizar, y hasta negar la situación actual.


Reinfecciones en Puerto Rico


Los datos revelan aumentos significativos de infecciones, reinfecciones, hospitalizaciones y defunciones, así como un aumento en el uso de Paxlovid. Esto coincide con la protección menguante de las vacunaciones. Ya casi no existe diferencia entre los menos vacunados y los más vacunados en las defunciones (aunque ciertamente existe entre vacunados y no vacunados). Peor aún, solo el 10% de la población ha recibido la bivalente.


Defunciones por COVID-19 en Puerto Rico


Nos encontramos ante una nueva etapa de convivencia con la variante Omicrón del virus SARS-CoV-2 causante de la pandemia. Ya no se justifica la declaración de emergencia, pues el sistema salubrista no sufre riesgo de colapso. Aplanar la curva epidémica ya no es prioridad, pues existen recursos para atender la demanda de atención de servicios hospitalarios por COVID.


Esta nueva etapa plantea un problema bioético. La población de mayor riesgo, los adultos mayores —una minoría de la población general— tiene con una carga de morbimortalidad por COVID desproporcionada. Más del 80% de las defunciones por COVID ocurren en ese grupo.


¿Debe despreocuparse la población más joven de su contribución a la transmisión comunitaria del SARS-CoV-2 que eventualmente impacta a sus mayores? ¿Debe la sociedad proteger a sus adultos mayores, como una meta éticamente válida, no importa que no representen riesgo de colapso del sistema sanitario?


Los datos oficiales del Departamento de Salud indican un repunte en la población de adultos mayores. Vacunarlos es nuestra mejor estrategia de protección. La mitigación de riesgo —la fase actual de la estrategia salubrista— también debe incluir la protección de nuestros adultos mayores en residencias de adultos mayores.


Esto, y más, está incluido en las recomendaciones de los informes semanales de la Oficina del Principal Oficial de Epidemiología del Departamento de Salud. Pero el mensaje no llega, ni a Fortaleza ni a la ciudadanía. Ambos actúan como si ya hubiese pasado la pandemia. Pero no es así.


Al igual que hace el servicio de meteorología para olas de calor excesivo, el Departamento de Salud debe emitir un Boletín de Alerta a la población general, y de AVISO a la población de adultos mayores, sobre la situación actual de la pandemia en PR y el alto riesgo particular par a los adultos mayores. Es una responsabilidad ética y salubrista que debe trascender intereses políticos y agendas oficialistas.


José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico