Asisto a la Reunión Anual del Servicio de Inteligencia Epidemiológica (EIS, por sus siglas en inglés) de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en Atlanta, Georgia desde el 1985 cuando ingresé a ese programa de entrenamiento en epidemiología práctica, luego de completar mis estudios postgrado de medicina en salud pública y epidemiología.
La Reunión Anual, siempre en la primavera, cuenta con un componente integral y prestigioso conocido como la Conferencia Langmuir. Nombrada en honor al Dr. Alexander D. Langmuir, el fundador del programa EIS en 1951 y una figura influyente en el campo de la epidemiología, esta serie de conferencias honra su legado.
El Dr. Langmuir era conocido por sus significativas contribuciones a la salud pública, particularmente en el establecimiento de métodos sistemáticos para la vigilancia epidemiológica y respuesta ante brotes de enfermedades. La conferencia que lleva su nombre refleja estos valores al enfocarse en temas vitales dentro de la epidemiología y la salud pública.
Cada año, un experto distinguido en el campo de la salud pública o epidemiología es invitado a impartir la Conferencia Langmuir. El ponente seleccionado discute sobre los problemas actuales, desafíos y avances en la lucha contra las enfermedades, ofreciendo perspectivas basadas en su investigación y experiencia. Esta conferencia no solo sirve como un tributo al impacto duradero del Dr. Langmuir en la salud pública, sino también como un foro para compartir conocimientos, iniciar discusiones e inspirar a la próxima generación de profesionales de la salud pública y epidemiólogos.
En la Conferencia Langmuir de este año 2024, el Dr. Atul Gawande presentó un análisis exhaustivo de la longevidad en los países y regiones del mundo. Como indicador principal recomendó el índice de mortalidad prematura (< 50 años de edad) como métrica internacional idónea para comparar el progreso del estado de salud en el mundo. Países como Tailandia y Costa Rica han logrado avances en la longevidad comparables con los de Estados Unidos, pero con mucho menos recursos. Esto es debido a que, distinto a los Estados Unidos con su énfasis en la medicina especializada y un sistema de salud fragmentado, esos países han priorizado la atención médica primaria integrada a los servicios de salud comunitarios.
El compromiso ético de procurar el acceso universal a los servicios de salud me hizo recordar a otra figura prominente del EIS, el Dr. William Foege (EIS 1962), autor del libro “Fears of the Rich, Needs of the Poor.” El Dr. Foege es un epidemiólogo y experto en salud pública estadounidense altamente estimado, conocido principalmente por su papel crucial en el esfuerzo exitoso para erradicar la viruela durante la segunda mitad del siglo XX.
La viruela fue oficialmente declarada erradicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 8 de mayo de 1980. Esta declaración marcó el fin de una larga y concertada campaña mundial de vacunación contra la enfermedad, haciendo de la viruela la primera y, hasta la fecha, la única enfermedad humana en ser erradicada por esfuerzos deliberados de intervención sanitaria. El éxito de esta campaña sigue siendo uno de los mayores logros en la historia de la salud pública.
Sirviendo como Director de los CDC de 1977 a 1983, el Dr. Foege ha sido instrumental en dar forma a las políticas e iniciativas de salud pública tanto en Estados Unidos como a nivel global. Sus estudiantes y colegas lo reconocemos por acuñar el concepto de “epidemiologia consecuente” (“consequential epidemiology”).
La epidemiología consecuente se refiere a la práctica de aplicar los principios y hallazgos epidemiológicos no solo para entender los problemas de salud sino para provocar cambios significativos y positivos en los resultados de salud pública. Foege, conocido por su enfoque innovador en salud pública, enfatiza la importancia de usar la epidemiología como una herramienta para la acción — una que debería llevar a intervenciones y políticas que tengan impactos reales y medibles en las comunidades y poblaciones.
Este concepto va más allá de la epidemiología tradicional, que a menudo se centra en identificar patrones, causas y efectos de las condiciones de salud y enfermedad en poblaciones específicas. La epidemiología consecuente utiliza este conocimiento para implementar soluciones prácticas y abogar por cambios que mejoren la salud pública a gran escala. Es un enfoque que demanda creatividad, pensamiento crítico y la voluntad de participar en la defensa de la salud pública y la formulación de políticas.
La perspectiva de Foege sobre la epidemiología consecuente muestra su creencia de que los profesionales de la salud pública no solo deben ser científicos, sino también defensores del cambio. Deben esforzarse por asegurar que su trabajo conduzca a mejoras tangibles en la salud y la vida de las personas. Su propia carrera, notablemente su liderazgo en el programa de erradicación de la viruela, ejemplifica cómo los conocimientos epidemiológicos pueden transformarse en exitosas estrategias globales de salud. Este enfoque ha influenciado a muchos en salud pública a pensar más ampliamente sobre su papel en la sociedad y el impacto que pueden lograr a través de su trabajo.
Durante su mandato como director de CDC, el Dr. Foege expandió el enfoque de la agencia para incluir un rango más amplio de problemas de salud pública, incluyendo enfermedades crónicas, ocupacionales, ambientales y discapacidades, sentando así las bases para el papel moderno de los CDC como líderes en la prevención y control tanto de enfermedades infecciosas como crónicas, incluyendo la prevención de la violencia.
Las contribuciones de Foege a la salud pública han sido reconocidas con numerosos premios y honores, incluyendo la Medalla Presidencial de la Libertad otorgada por el presidente Barack Obama en 2012. Su legado incluye no solo la erradicación de la viruela sino también avances significativos en la política de salud global, sistemas de entrega de vacunas, y el enfoque general hacia las crisis de salud pública.
En su Conferencia Langmuir del 2021, Dr. Foege expuso que, además del rigor metodológico inherente a la capacitación del científico académico, el objetivo principal del entrenamiento EIS se puede resumir en la frase: la capacitación ética en la ciencia y el arte del sentido común en su máxima expresión (“moral, creative common sense at its best”), un “sentido común” expresado en la profunda sencillez de numeradores precisos y denominadores apropiados para cuantificar —con validez— el impacto de un factor de riesgo que afecte la salud individual y colectiva. Foege toma de Thomas Huxley la idea de la ciencia como sentido común en su máxima expresión (“common sense at its best”), de Will Durant la idea de que el arte de una práctica la dota de creatividad, y de Francis Bacon la idea de que la ciencia, a pesar de su enorme potencial para expandir el conocimiento, carece de compás ético.
[transcripción: https://www.c-span.org/video/?512304-1/centers-disease-control-prevention-marks-70-years-detecting-diseases]
Al final de su ponencia, citando a Stephen Luby (EIS 1990), Dr. Foege alerta sobre el peligro para la humanidad de una ciencia amoral, brindando como ejemplos de inminentes amenazas de extinción de la humanidad: i) las armas nucleares, ii) el calentamiento global, iii) la biología sintética (genómica) y iv) la inteligencia artificial. Recordemos que la amenaza del bioterrorismo en los 1950s fue una razón importante para la creación del EIS en 1951.
Dr. Foege resume en cinco retos la situación del programa EIS y de los CDC para el 2021. Estos son: i) constancia en el triple objetivo de capacitación ética, creativa y científica; ii) el estudio de los determinantes sociales de la salud, con énfasis en la salud mental, como marco conceptual de la estrategia de prevención de morbilidad y mortalidad; iii) mayor énfasis en métricas de resultados que en métricas de procesos en la evaluación de la prestación de los servicios de salud; iv) prestar atención a los factores que pueden conducir a la humanidad a su propia extinción; y v) restaurar la confianza pública en los CDC luego de los embates por los bravucones (“bullies”) políticos que amordazaron a la institución, y por los salubristas que traicionaron los fundamentos de la buena práctica de salud pública, durante la pandemia COVID-19.
Se pregunta Dr. Foege en el 2021: ¿han perdido su norte los CDC? Nos recuerda que la misión de la institución que dirigió continúa vigente, esto es: i) eliminar la mortalidad precoz (muertes prematuras), ii) eliminar el sufrimiento innecesario y iii) mejorar la calidad de vida de la población.
Dr. Foege, citando a Lincoln Steffens, dice sobre el 70 aniversario de la fundación del EIS en 2021: “El mejor libro no ha sido escrito. La mejor canción no ha sido cantada. Y el mejor poema está por venir.” Y también afirma,

“Lo mejor del EIS todavía no está escrito,
y la peor pandemia está por venir”.
Es esta observación y advertencia final la que motiva esta introducción a una serie de escritos sobre el tema al que alude el título de este ensayo: la próxima pandemia. ¿Estaremos preparados? ¿Hemos aprendido las lecciones de las previas?
A pandemic agreement is within reach | Science
Entre los temas a tratarse en próximos ensayos se encuentran:
- Una sola salud https://www.cdc.gov/onehealth/index.html
- Gripe aviar https://espanol.cdc.gov/flu/avianflu/index.htm
- Bioterrorismo genómico
- Terrorismo mediático y la inteligencia artificial
- Vacunación contra la desinformación (teorías de conspiración)
Iniciativa de Riesgos Existenciales
Según el Dr. Luby, algunos de los peligros más importantes para la humanidad incluyen el conflicto armado que involucra armas nucleares, el calentamiento global, así como el potencial de patógenos genéticamente modificados. Estas amenazas, entre otras, representan un espectro de desafíos que podrían poner en peligro la supervivencia humana, necesitando un enfoque multidisciplinario para la prevención y mitigación.
En particular, el riesgo planteado por las armas nucleares no solo involucra la destrucción inmediata que pueden causar, sino también los impactos ambientales y de salud a largo plazo. De manera similar, el calentamiento global amenaza con desestabilizar los sistemas naturales, llevando a eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y disrupciones en las cadenas de suministro de alimentos. Los patógenos genéticamente modificados, si bien prometen avances médicos, también representan riesgos de bioseguridad si son mal utilizados o liberados involuntariamente.
Las medidas preventivas y las prioridades de salud pública discutidas por el Dr. Luby subrayan la importancia de la cooperación global, la innovación científica y estrategias rigurosas de salud pública. Abordar estos riesgos existenciales requiere integrar la investigación científica con políticas públicas y compromiso comunitario, con el objetivo de mitigar amenazas potenciales antes de que escalen a puntos sin retorno.
Estos temas se están explorando más a fondo a través de iniciativas como la Iniciativa de Riesgos Existenciales de Stanford, que busca entender y mitigar los riesgos de extinción humana. Los esfuerzos implican investigación rigurosa, divulgación educativa y defensa de políticas, enfocándose en cómo proteger mejor el futuro de la humanidad frente a estos desafíos sin precedentes.
Dada la complejidad de estas amenazas y la naturaleza interconectada de nuestros sistemas globales, está claro que prevenir la extinción humana no es solo un empeño científico sino también un imperativo moral. El trabajo realizado por investigadores como el Dr. Luby y instituciones como la Universidad de Stanford destaca la importancia crítica de abordar los riesgos existenciales como una prioridad de salud pública integral.
- Stanford Existential Risks Initiative ↩
- Preventing Human Extinction as a Public Health Priority ↩
- Stanford Daily – Preventing Human Extinction ~ Planetary Health ↩
José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico
Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist
Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico