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El virus de la desinformacion

Cuando la polvareda de una controversia se va disipando, se comienza a observar la realidad de los hechos.

Estamos en guerra. Nuestro enemigo es el virus de la pandemia COVID-19, propagado por los que rehúsan vacunarse, propiciando su mutación para engañar a nuestra defensa inmunitaria, natural o adquirida. Hoy su camuflaje se llama la variante Delta; en el futuro se disfrazará con otro nombre, pero siempre persiguiendo el mismo propósito: persistir y causar daño.  

Estamos en guerra. Nuestro enemigo es el virus de la desinformación, propagado por los que encubren la verdad de los hechos. La desinformación también muta para engañar a la racionalidad, nuestra mejor defensa contra las teorías de conspiración y otras falsedades que se disfrazan para persistir y causar daño.

En la guerra se revelan aliados y adversarios. He lanzado una granada contra la desinformación y se han revelado aliados y adversarios. Siempre han estado ahí; sólo se han revelado.

La prensa ha reaccionado como un gremio cuando se denuncia el acoso mediático —disfrazado de fiscalización— de uno de sus afiliados. Atacar la credibilidad de quien dirige la batalla contra el enemigo en una guerra es un acto de deslealtad y de complicidad con el enemigo. La prensa traiciona su misión fiscalizadora cuando se erige como portavoz de quienes socavan la confianza en los profesionales acreditados que dirigen esa batalla.

COSACO, en mayúsculas, ha sido desbandado. Ahora cosaco, en minúsculas, ha sido secuestrado por quienes desean socavar la credibilidad de los verdaderos expertos para presentarse como alternativa disfrazada de verdad, infiltrándose con jugosos contratos en las mismas instituciones que intentan socavar. Su oportunismo se comporta muy similar a un virus.

Los aliados de la agenda de cosaco en la prensa desinforman cuando los ungen como “expertos” de la comunidad científica en temas tan vitales para la sociedad como abrir y cerrar escuelas durante esta pandemia. Así, los verdaderos expertos se convierten en adversarios, cuyas opiniones se contrastan por igual en la prensa. El promedio entre lo falso y lo cierto nunca es válido.

Una opinión pública bien informada es el mejor antídoto contra el virus de la desinformación. La misión de la prensa es informar y fiscalizar. No puede fiscalizar bien quien se contagia con el virus de la desinformación.  

¡A vacunarnos todos!


José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

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Carta al Dr Mellado


26 julio 2021

Estimado Dr. Mellado:

Las expresiones que aquí incluyo de Lisdián Acevedo [LA] representan una violación a nuestro acuerdo de trabajo. Ha sido ella muy explícita en exponer sus premisas para mi trabajo en el DS. Yo no puedo trabajar con una Oficina de Comunicaciones cuyo “único fin es que el Departamento, Mellado y el Gobernador luzcan bien”.  Como ya le he indicado desde nuestra entrevista inicial, tales condiciones serían inaceptables.

Reitero mi solicitud de un canal directo e independiente de la actual Oficina de Comunicaciones para comunicar la situación de las pandemia en el país. La actual Oficina de Comunicaciones está dirigida por una relacionista público sin preparación en salud pública que pretende “establecer la estrategia del Departamento en respuesta a la pandemia”. Absolutamente inaceptable, más aun cuando añade: “requiero más diligencia en la información de epidemiología que solicito”.

Como ya le he expresado, yo no objeto la labor de Lisdian Acevedo como relacionista público del DS. Sin embargo, una Oficina de Comunicaciones es mucho más que eso y debe incluir la educación de la opinión pública sobre riesgos de salud y los indicadores epidemiológicos para monitorear una pandemia.

La autonomía científica que hemos acordado Usted y yo para mi labor en el DS incluye la comunicación objetiva e imparcial de la situación epidemiológica del país. En ausencia de personal capacitado en comunicación de riesgo y salud pública en la Oficina de Comunicaciones, solicito un canal directo e independiente para comunicar la situación de la pandemia en el país. Me encuentro reclutando personal profesional para subsanar esa deficiencia de la Oficina de Comunicaciones.

De no ser posible tal autonomía científica, y el canal de comunicación correspondiente, no podría continuar ejerciendo responsablemente las funciones que Usted me ha asignado.

Respetuosamente,

José Becerra, M.D., M.P.H., F.A.C.P.M.


Domingo 25 de julio de 2021

[JB] ¿Has estudiado salud pública? No me podrás imponer tu agenda mediática.  

[LA] Me parece una falta de respeto su comentario.

Ciertamente, no estudié salud pública. Soy relacionista profesional licenciada, mi bachillerato en Ciencias Políticas del Colegio de Mayagüez, con maestría en Comunicación y Relaciones Públicas del Sagrado Corazón, con 13 años de experiencia,  y ahora dirigiendo las comunicaciones del Departamento de Salud.

No tengo agendas. Mi único fin es que el Departamento, Mellado y el Gobernador luzcan bien en esta crisis de salud pública.

Afortunadamente, quien me da instrucciones es el señor Secretario de Salud.  Continuaremos siendo transparentes en la información y trabajaremos con los que quieran trabajar y estén dispuestos a hacerlo bien.


La «renuncia»


José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

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Denuncia de fraude

Re: “En cuanto hogares de envejecientes, no solo los tenemos sin prueba, los dejaron sin vigilancia activa. Antes había informes diarios y semanales del COVID en esos hogares”, subrayó una de las fuentes a El Nuevo Día.
https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/notas/salud-detuvo-las-pruebas-en-los-centros-de-adultos-mayores-mientras-aumentaban-los-casos/


Esta es una mentira difundida por terroristas mediáticos y sus cómplices en la prensa.

La verdad es que las pruebas de cernimiento en los centros de adultos mayores fueron suspendidas debido a la baja transmisión comunitaria. Las pruebas diagnósticas para residentes sintomáticos nunca han sido suspendidas. Con baja transmisión comunitaria, los falsos positivos causaban más problemas que los pocos contagios, particularmente en aquellas instituciones con alta cobertura de vacunación de los residentes y empleados. Esto es un principio epidemiológico bien establecido. Nunca se emitió la directriz de suspender pruebas de cernimiento en centros sin alta cobertura de vacunación.

Aunque el reportero inescrupuloso no cita a sus fuentes, sus tendenciosas preguntas en el pasado han servido de fotuto de Danilo Pérez, un oportunista sin capacitación epidemiológica, despechado por haber perdido su jugoso contrato con el Departamento de Salud. Danilo es conocido por utilizar su influencia en las redes sociales y en la prensa para atacar a la epidemiología. Chupaba $5,000 mensuales por contrato con el Departamento de Salud, siendo estudiante graduado en NY. Ni residía en Puerto Rico entonces. Se le suspendió su contrato. Un químico, sin preparación en epidemiologia ni en estadísticas, que funge como epidemiólogo es un fraude, como lo continúa siendo cuando figura como experto de COSACO en los medios, organización que ha secuestrado para sus viles propósitos.

Su obsesión por cerrar escuelas, por no entender las guías de los CDC al respecto, desinformaron a las autoridades gubernamentales y fomentaron el rezago académico que hoy sufrimos en la población escolar. Los CDC no aconsejan cerrar escuelas, aun en lugares de alta transmisión comunitaria del COVID-19. Lo que recomiendan es reforzar las estrategias de prevención. Las escuelas son lo último que se cierra y lo primero que se reabre, mucho antes que los bares.  

https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/community/schools-childcare/operation-strategy.html

COSACO y sus afiliados no se atreven a pronunciarse públicamente contra su campaña de desinformación. Como a todo terrorista, le temen, aunque los niños sufran las consecuencias.

Yo no le temo a los terroristas, porque quien mora en la verdad no le teme a la mentira. Ni le temo a los periodistas inescrupulosos que la trafican. Adelante con sus mentiras, que serán expuestas a la luz de la verdad de los hechos. Así reafirmo mi vocación científica.  


[2021.08.11@10:00] No he acusado a la prensa de inescrupulosa, ni objeto su función fiscalizadora. He señalado a un reportero inescrupuloso que sirve de fotuto al fraude de Danilo.

[2021.08.11@15:50] Carta al Dr. Mellado

[2021.09.13@06:00]

La doctora Melissa Marzán Rodríguez, principal oficial de epidemiología de Salud, apuntó a varias razones que han dificultado el proceso. “Personas que no contestaron las entrevistas de investigación y que, por lo tanto, no brindaron información de contactos, personas que contestaron la entrevista de investigación y brindaron información de contactos, pero que no se pudieron contactar para seguimiento, y casos bajo investigación pendientes por clasificar”, mencionó, en declaraciones a este medio, al tiempo que recalcó a los pacientes “la importancia de colaborar con las investigaciones de casos”.

Es el mismo periodista que me acosaba hace un mes en una conferencia de prensa exigiendo datos puntuales y precisos cuando yo aseguraba que la variante Delta predominaba en PR a pesar de los datos incompletos disponibles entonces. David Cordero no cuestionaba entonces cuán incompletos fueron los informes de brotes de su compinche Danilo, pero ahora cuestiona que “al cierre de esta edición, no quedó claro por qué Salud no ha podido completar la información epidemiológica de 605 casos … hasta la fecha, de los 2,045 casos, se ha completado la información epidemiológica de 1,440.”

Aun cuando la Dra. Marzán le brinda las razones, insiste en que “no quedó claro por qué Salud no ha podido completar la información epidemiológica”.

Es realmente un periodista hostil y tendencioso. Por eso lo considero «inescrupuloso».

A continuación elaboraremos una lista con algunos de los sinónimos más comunes del término inescrupuloso, en un intento de estudiar ciertos vértices de su significado que puedan pasar desapercibidos a simple vista: aprovechador, oportunista, arribista, advenedizo, ambicioso, egoísta, trepador, descuidado, materialista y chapucero.

https://definicion.de/inescrupuloso/

«No se hace buen periodismo cuando la persona no tiene la intención de ser objetivo y justo», me comenta un lector. De acuerdo.


José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

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Epidemiologia para periodistas






José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico

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Lo que dijo el Dr Becerra

De inicio, debo confesar que no he tenido el tiempo para leer lo que de mí se ha escrito recientemente en los medios noticiosos. Me he enterado por familiares y amigos consternados por mi bienestar y a quienes agradezco su preocupación, pero a quienes les aseguro que las falsedades nunca tocan a quien mora en la verdad.

Reconozco al periodista serio, disciplinado e incisivo, ése que, como Julio Rivera Saniel, pregunta para buscar la verdad, no para confirmar su prejuicio y citar fuera de contexto para divulgar su propia respuesta.

Sin embargo, hay personas que, por conflicto de interés —ya que han perdido sus jugosos contratos y sus becas de estudios graduados sufragadas con fondos públicos como “trabajo”— desean socavar la confianza pública sobre mi gestión en el Departamento de Salud de Puerto Rico. Son apoyados por algunos reporteros tendenciosos que proyectan sus propias falsedades para desinformar, generando controversias inútiles.

A pesar de todo esto, no me he distraído de mi labor. Y ¿qué mejor manera de exponer mi trabajo que lo escuchen de mis propias palabras, sin intermediarios? Ese es el propósito de esta cápsula informativa.


Extractos de la conferencia de prensa del 27 de julio de 2021 en el Departamento de Salud de Puerto Rico.


¿Qué es un epidemiólogo?

duración 4:24

La situación actual (27 de julio de 2021) de la pandemia COVID-19 en Puerto Rico

duración 24:11

Sobre la transparencia de información, los informes de brotes y los protocolos para la reapertura de las escuelas

duración 13:38

Sobre la credibilidad del Departamento de Salud

duración 4:02

Sobre el cotejo de la informacion epidemiológica que se divulga

duración 2:37

Finalmente, aparte de la conferencia de prensa, comparto un apunte didáctico sobre los contagios entre vacunados. Espero que esta información ayude a entender por qué estamos observando vacunados contagiados, a comunicar serenidad y confianza a los vacunados, a la vez que se exhorta a la población sin vacunarse a que así lo haga.


La relación matemática entre la proporción de la población vacunada y la proporción de los contagios vacunados

La fórmula establece la relación entre la cobertura de vacunación en la población (abscisa) y la proporción de contagios vacunados (ordenada). El gráfico ilustra esa relación.

Fuente: CDC

Cuando la población está 100% vacunada y la vacuna es 100% efectiva, no se observan contagios (línea horizontal sobre la abscisa para y=0%). Según disminuye la efectividad de la vacuna (las curvas de inferior a superior en la gráfica, hasta la diagonal que representa 0% de efectividad), la formula predice la proporción de contagios completamente vacunados.

Por ejemplo, con 100% de la población vacunada y una vacuna 95% efectiva, el 100% de los contagios será entre vacunados (como se ilustra en la gráfica), siendo el número absoluto de contagios significativamente menor debido a la efectividad de la vacuna (concepto que no es ilustrado en la gráfica).

Una vacuna efectiva puede reducir de 100 a 5 los contagios, quedando los 5 contagios vacunados como el 100% de los contagios. Los 95 contagios prevenidos quedan invisibles en los informes de brotes, sólo cuantificándose cuando se calcula el número de contagios del total de vacunados.

Sabemos que la variante Delta reduce la efectividad de las vacunas mRNA (Pfizer y Moderna) de hasta un 95% hasta un 75% respecto a la infección, aproximadamente. Con un 50% a 60% de la población total (apta y no apta para la vacunación) completamente vacunada, la formula predice de un 20% a un 30% de contagios vacunados. Sin embargo, la vacuna continúa siendo altamente efectiva.

Observar que esa reducción de efectividad se refiere a la tasa de infección entre vacunados. La efectividad continúa siendo mucho mayor respecto a la enfermedad severa que requiera hospitalización, así como con respecto a la mortalidad por COVID-19.

Fuente: CDC

En Puerto Rico, los contagios ocurren en menos del 0.3% de los vacunados, aunque en los estudios de brotes se pueda encontrar hasta un 30% de contagios en población completamente vacunada.

-Resultados preliminares del Departamento de Salud de Puerto Rico

José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
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Carta a Yonaica

Arde controversia en Salud por el manejo de datos
MARGA PARÉS ARROYO
El Nuevo Día 25 julio 2021


Estimada Yonaica:

Respondo por canal privado a tu comunicación privada. […]

Como ya te he dicho en reunión con otros funcionarios del Departamento de Salud (DS), reitero que mi decisión de realinear las líneas de comunicación y de supervisión de los epidemiólogos municipales obedece primordialmente a principios gerenciales. No es buena práctica de gerencia supervisar a 78 equipos de respuesta covid19 desde nivel central. Es mas eficiente que los equipos municipales respondan directamente a cada epidemiólogo regional. La integración a nivel central de los informes de brotes corresponde a epidemiólogos mas experimentados que puedan incorporar la inteligencia epidemiológica necesaria para transformar datos en información y conocimientos útiles para dirigir los esfuerzos de control y prevención.  

Durante el periodo de casi tres meses que he tenido la oportunidad de supervisar tu trabajo profesional, he detectado deficiencias en tus conocimientos y experiencia que he documentado ampliamente y que se refleja en informes deficientes. También te he indicado maneras de rectificar esas deficiencias y te he provisto modelos, tanto de mi redacción personal, como del MMWR, sin evidencia de progreso significativo.

Señalar deficiencias por parte de un catedrático universitario no es maltrato, como mal has interpretado. Ante esa falsa acusación no me queda otra opción que guardar silencio y esperar a que reconozcas tus deficiencias y las corrijas, mientras procuro recursos que me puedan asistir en mis labores que, te recuerdo, las rindo ad-honorem, por puro anhelo de servicio altruista. Ese anhelo de servicio altruista también debe tener “eco en la eternidad”, como citas en tu carta.

Debido a que has violado una norma profesional al divulgar los resultados de análisis crudos y que al hacerlo comprometes la seguridad de una vacuna covid19 ante la opinión pública, el DS podrá determinar la acción correspondiente a seguir. Yo no he participado ni participaré de tales decisiones que rebasan la esfera de mis labores en el DS.

Espero que esta experiencia te permita recapacitar y redirigir tu carrera profesional por canales que permitan tu crecimiento académico y profesional, receptiva al buen consejo de tus mayores. Esa es siempre mi aspiración como mentor de las generaciones más jóvenes.

Sinceramente,

Dr. José Becerra
Catedrático Asociado Ad Honorem
Escuela Graduada de Salud Pública, RCM, UPR


ANEJOS

La Oficina del Principal Oficial de Epidemiologia del DS ha solicitado la asistencia epidemiológica de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para evaluar y revisar el reporte de brotes epidémicos.  Adjunto los hallazgos preliminares de las deficiencias principales que no permiten su publicación inmediata. Tan pronto se rectifiquen las deficiencias y se valide una nueva plantilla de reporte, se podrá reanudar la publicación de tales informes.

Durante la revisión de los datos para el informe de brotes, se han detectado las siguientes deficiencias:

  • Cantidad de municipios cumpliendo con el reporte – solo 15 municipios de 78 sometieron la información solicitada.
  • Algunos de los brotes identificados en los reportes individuales por los municipios no cumplen con la definición de brote. Esto evidencia que existe falta de conocimiento en detectar e investigar eficientemente un brote.
  • Información incompleta – Los informes contienen una gran proporción de campos sin información (missing data). Para algunas variables, no había información disponible (por ejemplo temporabilidad).
  • No se está corroborando o verificando la información autoreportada con otras fuentes de datos, como PR Immunization Registry (por ejemplo, estatus de vacunación, estatus del paciente: hospitalizado, defunciones, etc.).

El Principal Oficial de Epidemiologia, el Dr. José Becerra, y la Principal Oficial Médica, la Dra. Iris Cardona, han estado realizando una investigación epidemiológica sobre un posible aumento de contagios de COVID-19 en personas completamente vacunadas, según reportes preliminares de los epidemiólogos municipales. Debido a que la información sobre el estatus de vacunación en los reportes no necesariamente se verifica, limitándose a lo que informan las personas contagiadas, se han utilizado los datos más completos y representativos del Programa de Vacunación (Puerto Rico Electronic Immunization System) y del BioPortal para calcular tasas fiables de contagios en la población completamente vacunada.

Se ha confirmado que la tasa de contagios en la población completamente vacunada de Puerto Rico es muy baja (0.1%), como ya ha sido reportada anteriormente por la Dr. Cardona. Además, tales contagios casi nunca resultan en enfermedad que requiera hospitalización.

Colegas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han realizado investigaciones similares en otras jurisdicciones de EEUU, encontrando pequeñas variaciones entre las tasas de contagios para cada una de las vacunas. Se atribuyen las diferencias a sesgos de selección en grupos de mayor riesgo, particularmente al inicio de la campaña de vacunación, no a la eficacia de las vacunas.

Por lo tanto, se confirma que las vacunas administradas en Puerto Rico continúan siendo altamente efectivas. La información aparentemente discrepante reportándose en algunos brotes no es consistente con los estimados más fiables. Los procesos de investigación y reporte de casos y de contactos por los equipos de epidemiólogos municipales están siendo evaluados para identificar las causas de la aparente discrepancia.


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ciencia y cultura

Don Paco Bueno, desde la ciudad del Gigante Dormido, Adjuntas, me pregunta, doctor: ya estoy completamente vacunado; ¿qué es toda esta confusión sobre las mascarillas y el covid?

Ay, don Paco, le respondo, son asuntos difíciles de atinar. No siempre queda clara la guardarraya entre la ciencia y la cultura, particularmente cuando ponderamos el peligro al asomarnos a un risco.

Una cosa es estimar científicamente la probabilidad de que algo ocurra y otra es predecir —y mucho más difícil educar— la conducta humana ante el riesgo.  

Usted podrá fiarse o no del pronóstico del tiempo, pero la decisión de llevar un paraguas es una decisión muy personal que depende mucho de cómo cada uno afronta riesgos. Se complica el asunto —como cuando decidimos conducir a exceso de velocidad— si nuestra decisión personal afecta a otros.

De acuerdo con la ciencia epidemiológica, existe una alta probabilidad de contagio COVID-19 si estamos en contacto con una persona contagiosa «a una distancia menor a los 6 pies durante 15 minutos o más, consecutivos o acumulativos, en un periodo de 24 horas».

¿Se imagina, don Paco, cuántas personas pueden llevar cuenta o recuerdo exacto de eso? Además, plantea muchas incertidumbres, tales como: ¿qué es una probabilidad? ¿cómo se estima? ¿cuánto tiempo dura la contagiosidad? ¿por qué 6 y no 5 pies, o 14 y no 16 minutos?

La incertidumbre causa miedo y produce ansiedad. La respuesta humana suele ir desde la negación total del riesgo hasta la protección excesiva ante el riesgo. Y es aquí donde colindan la razón y la emoción, la ciencia y la cultura.

Las nuevas guías de los CDC sobre el uso de mascarillas por la población vacunada, mientras esté al aire libre, es una propuesta racional, acorde con una estimación científica de riesgos. Aún así, deben ser adaptadas a la realidad local. En Puerto Rico, por ejemplo, el alto índice de transmisión comunitaria actual requiere precauciones adicionales, como bien se indica en esas pautas.

La corteza cerebral, esa que confiere racionalidad al homo sapiens, es sólo una capa reciente sobre un cerebro muy antiguo condicionado por emociones muy arraigadas y por el instinto de la auto preservación. Más aún, somos criaturas interdependientes: el ser humano necesariamente convive con otros y sus decisiones individuales no pueden considerarse independientes a su impacto colectivo.

Por todo esto, don Paco, es recomendable tomar las nuevas guías de los CDC sobre COVID-19, así como las pasadas y futuras, como guías racionales de conducta durante esta pandemia. Éstas deben ser adaptadas y adoptadas, individual y colectivamente, de acuerdo con las condiciones epidemiológicas locales, considerando tanto las normas culturales como el impacto social de sus consecuencias.

Nos adentramos así en un campo filosófico muy profundo y complejo, el de la ética,  

un tema que ocupa muchas de nuestras reflexiones diarias.

Por ahora, don Paco, como dicen en la guerra, «ante la duda, saluda». Aún cuando esté Ud. completamente vacunado, siempre lleve una mascarilla consigo; úsela, por favor, tanto por cortesía social como por protección personal y ajena; obedezca las normas establecidas por el Departamento de Salud de Puerto Rico; y disfrute de la vida, en la paz mental de que su vacuna funciona. Sepa que su riesgo de contagiar o de ser contagiado es mucho menor que el riesgo de los que no están vacunados. Anímelos a que se vacunen también.  ##      


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Conversaciones epidemiologicas

Don Epifanio Roca, hombre de la montaña aiboniteña, me preguntaba recientemente, doctor: ¿cómo anda la cosa del covid?

  • ¿Cuán alto o bajo está el covid?
  • ¿Está subiendo o está bajando?
  • ¿Cuán rápidamente?

Con esas tres aproximaciones, las mismas que le permiten ubicar la posición del sol en su jornada diaria, don Epi confirmaba la sabiduría de sus años, siempre cercano a la naturaleza.

Pues mire, don Epi, le dije, la cosa pinta mal. El COVID-19 está muy alto y va subiendo más rápido que durante los repuntes anteriores en Puerto Rico. Mire esa cordillera de la curva epidémica.

La buena noticia es que las vacunas están funcionando para proteger a la población de mayor edad que, como Usted, se vacunó primero. Pero, la protección, si bien es excelente, no es absoluta. Y mientras mayor sea la transmisión comunitaria, mayor el riesgo de que aun los vacunados puedan enfermar.

Pero hay otro problema mayor, don Epi. Y es que el SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad del COVID-19, se la pasa mutando, presentando nuevas caras, haciéndose pasar por otro, para aumentar su capacidad de contagio y para también engañar a las defensas del cuerpo y, por ende, a las vacunas.

Y esa es la parte que no entienden los que se van de juerga y bajan la guardia contra el virus. Estamos en guerra, don Epi. Imagínese que la gente se tire a la calle a celebrar victoria en una guerra que se va ganando pero en la que todavía nos están bombardeando. Eso es lo que está pasando.

El virus aprovecha a los incautos que, por estar a menor riesgo, piensan que no pasa nada si se contagian. Sin embargo, como sabemos, el uno por cien de 100 es 1, pero el uno por cien de 10,000 son 100. No es lo mismo una hospitalización por COVID-19 que cien. Y hemos acumulado 10,000 contagios confirmados nuevos en muy poco tiempo.  Se puede colapsar el sistema hospitalario si continúa esa tendencia. Y para prevenir eso habría que regresar a estrictas medidas de mitigación, que incluyen la posibilidad de cerrar al país.

Peor aún, el virus se aprovecha de los incautos para reproducirse sin control, aunque no produzca síntomas en el contagiado.  Mientras más se reproduzca, más opciones tiene de mutar. De seguro que ya están corriendo por ahí las variantes nuevas de alta contagiosidad en Puerto Rico. Confiamos en que las vacunas existentes puedan batallar bien contra esas variantes nuevas. Pero si resultan resistentes a las vacunas, habría que comenzar a vacunar de nuevo. ¿Se imagina, don Epi? Tanto nadar para ahora alejarnos de la orilla…

Por eso, aunque las estadísticas parezcan confusas, este consejo es muy cierto para TODOS: no podemos bajar la guardia.

A las tres medidas básicas de prevención (higiene, distanciamiento y mascarillas) se añade una cuarta: la vacunación. Las vacunas son eficaces y seguras. No le haga caso a los rumores. Aun ésa que relativamente poca gente se ha puesto y que están investigando por complicaciones muy raras, aun ésa es más segura que las consecuencias de una hospitalización por COVID-19. Y las otras, las que se han puesto la mayoría, no han dado indicio de complicaciones serias luego de vacunar a muchos millones de personas en el mundo entero. Insisto: las vacunas son eficaces y seguras.

Así que, don Epi, a seguir labrando la tierra, mientras difundimos un mensaje sereno de alerta y de esperanza. Las cosas andan mal con el COVID-19 pero, si hacemos las cosas bien, podemos controlar esta pandemia, como lo hemos hecho antes.

Todos unidos —gobierno, sector privado, comunidad salubrista y sociedad civil— unidos en la guerra contra este enemigo común. ###


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Cautela sin alarmismo

Nos encontramos en una etapa retadora de la pandemia.

  • ¿Cuándo y cuánto flexibilizar las medidas de mitigación?
  • ¿Qué métricas utilizar?
  • ¿Cómo se pueden distinguir los especialistas (científicos de datos) de los expertos (epidemiólogos experimentados)?

Se ha añadido un factor determinante al análisis: la vacunación. Existen modelos matemáticos muy complejos, pero imprecisos, que proyectan cuantitativamente el curso de la pandemia. Todo modelo matemático depende de las premisas que los sustentan.

Se puede utilizar también el sentido común para confirmar las proyecciones de los modelos matemáticos, así como para visualizar proyecciones cualitativas consistentes con los datos observados.   

Es incorrecto decir que una persona completamente vacunada sigue en alto riesgo de contraer COVID-19. Si fuera cierto, ¿para qué vacunarse? [Sentido común]

Lo correcto es decir que una persona completamente vacunada está protegida de la enfermedad grave COVID-19 y que, aunque todavía no se ha probado científicamente, muy probablemente también haya disminuido su capacidad de portar y transmitir el SARS-CoV-2 al entrar en contacto con una persona en estado contagioso. [Experiencia epidemiológica]

Entonces, ¿por qué el paciente completamente vacunado debe continuar observando las medidas de protección personal (higiene, distanciamiento físico y mascarillas)?

  • Primero, por solidaridad social.
  • Segundo, por la probabilidad de que pueda ser portador del virus, aunque esté protegido contra la enfermedad.
  • Tercero, porque todavía no existe una manera fiable de identificar quien esté vacunado y quien no (pasaporte de vacunación). [Sentido común]

¿Cuál sería el impacto de una flexibilización prematura de las medidas de mitigación en los comercios y en el sistema de salud? Ya algunos estados (EEUU) han decidido «reabrir la economía» contra el consejo de los expertos epidemiólogos (CDC y Dr. Fauci). Ya algunos analistas («todólogos») están repitiendo que el curso de la epidemia ha sido igual en Florida que en Nueva York y que, por lo tanto, las medidas de mitigación no han hecho ninguna diferencia, excepto afectar la economía.

Es en estas circunstancias donde el experto con sentido común se diferencia del especialista técnico.

Primero, la ciudad de Nueva York (NYC) y Florida no son comparables por densidad poblacional. Si ajustamos por la diferencia poblacional (tanto por densidad como la composición étnica), Florida se encuentra peor que NYC, aun cuando se ajuste por la edad promedio de las poblaciones.

Segundo, una flexibilización prematura de las medidas de mitigación puede resultar en una situación paradójica. Sería posible observar un aumento en contagios sin que haya un aumento en hospitalizaciones y defunciones. Mientras mayor sea la proporción de la población vulnerable (>65 años) completamente vacunada, la enfermedad COVID-19 se limitaría a la población menos vulnerable. La curva epidémica general perdería su valor predictivo sobre hospitalizaciones y las defunciones COVID-19, a menos que se desglose por grupos etarios o por grupos vulnerables.  Aunque la transmisión comunitaria se restrinja a grupos más jóvenes, COVID-19 puede afectarlos y dejar secuelas a largo plazo, por lo cual se deben continuar tomando medidas para prevenir contagios en todos los grupos.  

Tercero, la razón primordial urgente para no descartar las medidas de mitigación hasta que se logre rebasar el dintel de la inmunidad de rebaño (>75% de la población completamente vacunada) es limitar la mutación genética del SARS-CoV-2. Hay una carrera galopante entre la campaña de vacunación y las mutaciones del virus. Si se reduce la transmisión, a la vez que vacunamos el mayor número posible de personas, se reduce la probabilidad de que emerjan cepas mutantes dominantes en la transmisión comunitaria. Si la variante genómica ofrece resistencia a la vacunación, habría que comenzar de nuevo a vacunar a toda la población.

Cuarto, es necesario, pero no suficiente, conseguir la inmunidad de rebaño sólamente en nuestro país. Si en algún rincón del mundo emerge una cepa resistente a la vacuna, se repetiría, para todos, el escenario del comienzo de la pandemia COVID-19, pues en la villa global, el mal de uno es el mal de todos. Esto es sentido común, alineado con los principios bioéticos de la pandemia. -JB

PD: Gracias a los expertos que han revisado este mensaje antes de su publicación.


PD 2021.03.09: Nuevas recomendaciones CDC
https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/fully-vaccinated-guidance.html

Enlace enviado por Jay Fonseca
https://www.foreignaffairs.com/articles/world/2021-03-08/pandemic-wont-end




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Aclarando confusiones letales

Mucho se ha comentado recientemente sobre el exceso de defunciones atribuibles a COVID-19 en Puerto Rico en el 2020.

El exceso de mortalidad GENERAL es una métrica importante para determinar el impacto de huracanes, terremotos y epidemias en un país. Se compara el número de defunciones esperado al número observado en un periodo determinado y el exceso se atribuye (asocia) al cataclismo, en ausencia de otras causas evidentes que lo expliquen. Así fue cómo se determinó que las muertes «asociadas» (directas + indirectas) con el huracán María fueron muchas más (~3,000) que la cifra oficial ofrecida entonces (~60), pero muchas menos que el estimado poco fiable (de amplia incertidumbre) de un estudio realizado por académicos de Harvard (~6,000).

Lo mismo se puede hacer respecto a la mortalidad durante la pandemia COVID-19 en PR. En ese caso, se añade al análisis la causa de muerte por COVID-19, según se desprende del expediente clínico, de la investigación epidemiológica y del certificado de defunción, para clasificar las defunciones por COVID-19 en «confirmadas» y «probables». Otras causas de muerte se clasifican como «otras causas».

Preguntas a considerar:

  • ¿Se observa un exceso de mortalidad general en PR para el 2020?
  • ¿Cuánto del exceso se debe a defunciones COVID-19?

En ausencia de otras razones que lo expliquen, un exceso de mortalidad GENERAL durante una epidemia debe corresponder mayormente a defunciones causadas por la pandemia, directa o indirectamente.

Cuando se examinan los datos de PR en el portal de los CDC sobre exceso de mortalidad,

https://www.cdc.gov/nchs/nvss/vsrr/covid19/excess_deaths.htm

Figura 1. La linea dorada representa el limite superior de las defunciones esperadas y las curces rojas cuando se rebasa ese límite. Las barras representan las defunciones observadas, incluyendo (color azul) o excluyendo (color verde) COVID-19. Las defunciones mas recientes todavia no aparecen reportadas (por eso la brecha mayor al final de la curva).
  • Se confirma el exceso de defunciones post-Maria en PR (validando el instrumento).
  • Desde el inicio de la pandemia en marzo hasta agosto del 2020, no se observó un exceso consistente de mortalidad GENERAL en PR (Figura 1).
  • El exceso de mortalidad GENERAL desde septiembre hasta ahora se explica mayormente por COVID-19 como causa directa o indirecta de las defunciones (Figura 1) .
  • Cuando PR se compara con otras jurisdicciones, PR se ubica relativamente bajo en el orden con altos excesos de mortalidad GENERAL (Figura 2).
Figura 2. Gráfica parcial. Puerto Rico se sitúa en el rango #8 INFERIOR del exceso de defunciones entre las jurisdicciones estadounidenses.

Sin embargo, cuando el algoritmo utilizado por los CDC estima el número de defunciones «predictivas», reportan un exceso de mortalidad que fluctúa entre 540 y 2,751. Ese es un número TEÓRICO que excluye las semanas en que no se observan excesos de mortalidad en una jurisdicción.  Es una métrica TEÓRICA muy útil para comparar jurisdicciones. Su uso como valor absoluto para determinar subregistros en la clasificación de las defunciones, al compararse con las muertes certificadas como COVID-19, es limitado.

Se deben realizar estudios analíticos, epidemiológicamente bien diseñados, para evaluar la hipótesis de si el exceso de mortalidad general corresponde o no al aumento de defunciones por COVID-19 durante la pandemia en PR. Todo certificado de defunción debe vincularse con el expediente clínico y con las investigaciones epidemiológicas para lograr una respuesta fiable a las preguntas: ¿hubo o no exceso de mortalidad GENERAL? ¿cuánto de ese exceso es atribuible a COVD-19? ¿cuán fiable fue el sistema de vigilancia epidemiológica (que incluye a las estadísticas vitales de mortalidad) en captar las defunciones COVID-19. Esta evaluación es uno de los objetivos medulares de entrenamiento en el programa de «detectives médicos» (“Epidemic Intelligence Service”) de los CDC.

https://www.cdc.gov/mmwr/preview/mmwrhtml/rr5013a1.htm

El Departamento de Salud puede solicitar de los CDC que envíen un equipo de epidemiólogos médicos (EIS Officers) para asistir a los epidemiólogos del DS en la evaluación de los datos de mortalidad en PR (Epi-Aid). -JB (EIS 1985)



COVIDPR.pitirres.org

CONSULTOR

José Becerra, MD, MPH, FACPM
Atlanta, GA and San Juan, Puerto Rico

Retired Centers for Disease Control Medical Epidemiologist

Adjunct Associate Professor of Epidemiology and Biostatistics
Graduate School of Public Health, Medical Sciences Campus
University of Puerto Rico